El programa de Telecinco Pasapalabra se ha convertido en un icono de las tardes en la televisión. Sin lugar a duda, el burgalés Orestes se ha convertido en la sensación del concurso, que llevaba tiempo esperando un ídolo capaz de aguantar en la lucha por el bote casi tanto programa como hizo el crack asturiano Fran González.

El último duelo por el bote ha sido bastante especial para el concursante, dado que celebraba su programa número 100. “Ni yo me lo creo”, reconocía al presentador Christian Gálvez cuando el presentador le recuerda la cifra. No obstante, la celebración se ha tornado amarga para el de Burgos, que no solo no logró conquistar el bote, sino que perdió ante su rival y tendrá que volver a luchar por recuperar la silla naranja. Tras el empate del lunes y la derrota del martes, Orestes trató de recuperar el preciado asiendo, pero Rafa, su rival hizo un rostro prácticamente impecable y conquistó una nueva victoria. El adversario de Orestes, afrontaba su programa 23 y volvió a regalar un bonito espectáculo en el enfrentamiento entre ambos concursantes, entre los que se ve que hay tanto respeto como entendimiento. Los dos empezaron con fuerza sus respectivos roscos. Sin embargo, los nervios traicionaron a Orestes que acumuló tres fallos, mientras que su rival sumaba aciertos e iba dejando para más adelante aquellas respuestas que dudaba. A solo 20 segundos del final (tiempo más que de sobra para seguir probando suerte), el burgalés “se mojó” tratando de averiguar el apellido del judoka que pedía Christian Gálvez, pero este falló y sembró un cuarto error.

Como comentábamos antes, tanto Orestes como Rafa está protagonizando uno de los duelos más interesantes que se recuerdan en Pasapalabra. El concursante “centenario”, no obstante, no está pasando por una buena racha en el concurso y su rival no se lo está poniendo nada fácil. Para poder volver a concursar una vez que se sienta en la silla azul, el concursante tiene que responder a varias preguntas. Hace poco, el de Burgos vivió un “susto” que se tomó con mucho humor. Le pedían que contesara "Amok", que es entre los malayos un ataque de locura homicida. Pero él no se lo sabía. "Por poco tienen que llamar al médico para reanimarme cuando Rafael Castaño me comentó que se la sabía. Y lo que de verdad indica su madera: no se lo sabía por estudiar a conciencia sino gracias a su inmensa cultura general", afirmó el joven en una respuesta en su cuenta de Twitter.