Pasapalabra es un concurso cuyos concursantes han traspasado a la importancia del juego para convertirse en protagonistas que acompañas a los espectadores de Telecinco cada tarde. El espacio ha comenzado a generar `leyendas' dentro del propio programa que copan la actualidad informativa televisiva y se convierten en temas de conversación en redes sociales como Twitter. Después del éxito de Fran González, el crack asturiano que batió varios récords en el programa y que consiguió finalmente el bote, parecía que difícilmente alguien podría ocupar el trono que quedó vacío en Pasapalabra. Pero Orestes lo ha conseguido.

El concursante de Burgos ha logrado una gesta muy difícil que le ha llevado a formar parte de un selecto grupo de concursantes que ya han hecho historia en el programa: el club de los 100. El burgalés se incorporó a esta 'élite' hace tan solo unos días y ya puede presumir de estar a la altura de concursantes como Antonio Ruiz, Jero Hernández, David Leo y el asturiano Fran González.

Eso sí, llegar hasta aquí no ha sido una tarea sencilla. Orestes ha tenido que dejar atrás a varios rivales. Pero desde hace ya casi 25 programas, el de Burgos se ha encontrado con un rival a la altura que está presentando batalla en épicos duelos que mantienen a la audiencia en vilo cada tarde. Se trata de Rafa, quien le está poniendo las cosas muy difíciles a Orestes para no solo conseguir el bote, sino mantener la codiciada silla naranja. Después de tener que empezar el programa de ayer ocupando la silla azul, el burgalés quería devolvérsela a su adversario con una victoria que le diese una posición de comodidad para el siguiente programa. Antes de comenzar el resto, Orestes hizo gala de su buen humor y compañerismo y quiso agradecer a los colaboradores famosos que le acompañaban su participación en el programa.

A continuación, comenzó una batalla épica. Rafa finalizó el rosco antes que su rival con 22 aciertos y ningún fallo. En ese momento Orestes solo tenía 15 aciertos. Fue entonces cuando el de Burgos sorprendió a la audiencia resolviendo lo que le quedaba del rosco a gran final. Tras unos segundos vertiginosos, el centenario concursante igualó a su contrincante a 22 fallos. Al final, dejó pasar el tiempo dado que no sabía el significado de las definiciones que le quedaban para finalizar el rosco. Orestes y su rival hicieron gala de deportividad y compañerismo al fundirse en un simpático abrazo al final del programa.