Es algo que se suele achacar a casi todos los programas de televisión. Si un formato tiene éxito tarde o temprano surgen críticos que aseguran que todo lo que se ve en la pequeña pantalla son, al final, escenas preparadas por los guionistas de la televisión y que nada es real. Es algo que desde hace tiempo le viene ocurriendo, por ejemplo, al programa Pesadilla en la Cocina.

Los enfrentamientos del presentador de este formato, Alberto Chicote, con los invitados a los que trata de salvar son de tal calibre que muchos piensan que hay tramas inventadas. A esta opinión ha contribuido, además, la creación de una especie de asociación de damnificados por el programa: restaurantes visitados por Chicote que han llegado incluso a amenazar con demandar a la productora alegando que se mostraron imágenes falsas de sus establecimientos o que incluso la productora de este formato llegó a colocar animales muertos en el local para dar más “morbo” al programa.

La pasada semana Pesadilla en la Cocina estrenó su séptima temporada. Una nueva tanda de episodios completamente nuevos que llega después de meses de ausencia y después de que los espectadores que siguen cada semana este formato se hayan aprendido casi de memoria los capítulos que se han ido emitiendo en los últimos meses y que se repiten hasta la saciedad en los canales secundarios de Atresmedia.

El estreno de la nueva temporada sirvió para que volvieran viejos fantasmas. Hay quién sigue sin creerse que todo sea real. Y más cuando se producen enfrentamientos como los que la pasada semana se pudieron ver delante de las cámaras en momentos de mucha tensión. Por eso algunos han optado por dirigirse de forma directa al programa utilizando el hastag con el que la audiencia estaba comentando el formato. “No me creo nada”, llegaron a decir algunos.

“Es todo así, como lo ves”, explicó Alberto Chicote a dos de estos seguidores que habían utilizado las redes para mostrar sus escepticismo por lo que estaban viendo al otro lado de la pequeña pantalla. Lo cierto es que digan lo que digan y demuestren lo que demuestren siempre habrá alguien que ponga en duda todo lo que están viendo al otro lado de la pequeña pantalla.

Es un mal de la televisión del que en buena medida ha tenido siempre la culpa la propia pequeña pantalla y sus programas en ocasiones algo exagerados. Veremos que pasa la próxima semana en Pesadilla en la Cocina.