La ausencia de Emma García en Viva la Vida le pasó factura a la presentadora. Y no sólo porque tenga menos minutos de televisión y por lo tanto gane cada vez menos protagonismo. También porque muchos espectadores están pidiendo un cambio en el programa del fin de semana de Telecinco. Y es que a muchos no les agrada la forma de Emma García de dirigirse a sus invitados o a los colaboradores y es por eso que piden que haya un cambio.

El positivo por coronavirus de la conductora del programa parece haberles dado una excusa. La presencia de Sandra Barneda en plató, de hecho, está siendo muy valorada. “Es más que necesario que la cambien ya”, decía una espectadora del programa. No es la única. Lo cierto, es que la polémica ya se había vivido previamente, cuando Toñi Moreno (también muy valorada por la audiencia) había precedido a Emma en las labores de presentadora por el verano. Volviendo así  a la que había sido su casa y en donde muchos espectadores todavía la echan de menos.

Irene y Kiko, de cena

En los últimos días se ha elucubrado con que Kiko Rivera estaría dispuesto a reunirse con Isabel Pantoja, con una tercera persona que haría de intermediario en este incómodo reencuentro entre madre e hijo para intentar solucionar la brecha cada vez mayor que se ha abierto entre ellos. Un encuentro que tendría lugar en Cantora y en el que la figura del mediador sería fundamental para acercar posturas entre la tonadillera y el Dj, enfrentados desde el pasado mes de octubre. Y se dice que esta persona podría ser Luis Rollán, que ha demostrado su discreción y su fidelidad a ambos a lo largo de todos estos años.

Y ahora, como para dar más crédito a estos rumores, hemos pillado a Kiko Rivera y a Irene Rosales disfrutando de una relajada cena en uno de los restaurantes más famosos de la capital nada más y nada menos que con el propio Luis Rollán.

Preguntado acerca de si habían aprovechado la velada para hablar de Isabel Pantoja, el colaborador de "Viva la vida" sostiene que "no", y que ni siquiera ha salido el nombre de la tonadillera a colación. Eso sí, buen amigo de ambos, confiesa que "ojalá" se reconcilien madre e hijo pronto.

Poco después eran Kiko e Irene - en la capital por motivos de trabajo - quienes abandonaban el céntrico restaurante. Serios y apresurados de camino al coche que les llevaría de vuelta a su hotel, la pareja da la callada por respuesta acerca de si es cierto que pronto podría producirse una reunion con la tonadillera. El Dj, con aspecto cansado, tampoco se pronuncia acerca de la demanda que le va a poner Ramón Calderón por sus declaraciones sobre el abogado en el especial de "Cantora: la herencia envenenada".