Uno de los primeros locales que visitó Alberto Chicote en su Pesadilla en la Cocina. Fue a verlo cuando corría todavía el año 2014. En pleno barrio de Chamartín de Madrid la Taberna Goyesca cogió fama gracias al programa por varias razones. La primera es que protagonizó uno de los capítulos más vistos de la tercera temporada del reality (lo vieron más de dos millones de personas) y que hoy vuelve a emitirse en el canal Mega.

Partes de ese programa suman millones de visualizaciones en redes sociales como Youtube. En uno de estos "clips" un camarero le acaba enseñando a Chicote el posado que su jefa (la dueña del bar) había hecho años antes para la conocida revista Interviú.

Pero ¿qué es a día de hoy de este local? Pues sorprendentemente sigue abierto (siete de cada diez cierran sus puertas). Eso sí, sus opiniones no son demasiado buenas. En este local Chicote hizo lo mismo que en el resto de los que visita: localizó los problemas personales y de cocina que estaban a punto de hacer que los dueños del local acabaran en la ruina, intentó mejorar la organización y le dio un lavado de cara al establecimiento. Pero no sirvió de mucho.

"Sinceramente es el peor sitio qué he comido, si se puede decir que he comido, las pocilgas están más limpias que la taberna está y me parece una vergüenza que después de ir un programa de televisión a ayudarles todavía siguen peor lo que estabas", confesaba un cliente en un conocido portal de Internet.

"De Chicote no quedan ni las sillas", confesaba otro omensal que reflejaba su opinión en una conocida página utilizada por miles de internautas para reservar mesas y ver las opiniones de otros usuarios.

"Fuimos a este restaurante mi marido, mi hijo y yo. Pedimos 3 menús del día, y en el primer plato (el gazpacho) había un pelo del que no me percaté hasta que estuvo en mi boca. Comencé a dar arcadas, y cuando me repuse llamé a la camarera y le dije lo que había pasado. Me ofreció traerme otro (ya que el que se llevaba estaba entero), pero evidentemente no quise después de lo asqueada que me quedé. Al pagar no me lo descontaron, sólo se disculpó la cocinera indicándome que ella llevaba el pelo recogido (aunque sin gorro). Les pedí la hoja de reclamaciones, pero no las tenían al día (me dieron una del año 19__ ). El dueño que estaba allí, ni se acercó a disculparse. Lugar para no volver. Sucio y cutre", explicaba otro comensal.