No es poco común que durante la tarde en el programa Sálvame los colaboradores acaben hablando de su propia vida privada. Hace unos días durante una charla sobre la situación de María José Campanario el colaborador Kiko Hernández (uno de los rostros más conocidos de la cadena por haber formato parte incluso de Gran Hermano) aseguró que Campanario necesitaba tratamiento y que algo similar le había pasado a un vecino suyo.

“Yo tenía un vecino que era un infierno lo que tuvimos que vivir con él. De hecho cuando se tomaba la medicación era genial, el mejor del mundo, pero cuando no tenía las pastillas encima era lo peor, amenazas, golpes..”, relató Jimenez haciendo hincapié en la necesidad de afrontar las enfermedades mentales.

Sálvame ha conseguido convertirse a lo largo de los más de siete años que lleva en antena en uno de los buques insignia de Telecinco. El programa ya no solo se emite de lunes a viernes. Sus especiales de los sábados y los domingos y sus otros programas especiales han hecho que la programación de todo el canal se base en este formato.

De hecho mucho se ha hablado en las últimas semanas de los pasos a informativos que ha protagonizado este programa. Pero lo que nadie sabe es que eso esta hecho a posta. Es decir: a Telecinco le interesa que toda esa audiencia que tiene Sálvame no se vaya en el momento en el que acaba el programa a otro informativo. En este sentido Vicente Vallés se lo está poniendo muy difícil a Mediaset ya que cada vez que se habla de audiencia se destaca por encima de todo la gran acogida que tiene el segundo informativo del día de Atresmedia y que la tiene precisamente gracias a la denominada audiencia de arrastre de Pasapalabra, el concurso más visto de la televisión y que también le había dado muy importantes datos de audiencia a Mediaset antes de que el Supremo obligase a Telecinco a dejar de emitirlo.

Pero es que además el programa sirve de prescriptor de famosos. No es raro que alguien que triunfe en Supervivientes o en Gran Hermano Vip haya pasado primero por el formato de las tardes de la cadena de Mediaset. Es casi una visita obligada antes de la fama. Eso sin contar con que “rellena” casi cinco horas de programación en directo en Mediaset. Y a un coste muy barato: el de tener a una media de cuatro o cinco colaboradores hablando delante de una cámara durante toda una tarde sin apenas conexiones ni vídeos.