Masterchef es un programa que triunfa en todo el mundo. No sólo en España. Es un formato internacional. De hecho en Argentina es uno de los sitios en los que más audiencia logra. Hace días un tuitero conocido en Argentina consiguió ser lo más hablado del día en su país al darse cuenta de un parecido más que razonable con dos concursantes de este formato.

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Masterchef se ha convertido casi en un talismán para una menguada (en lo que a audiencia se refiere) Televisión Española. Sobre todo para el primer canal y para la audiencia tanto de la web como de su servicio “A la carta”. La cadena pública no lo está pasando bien en los últimos tiempos en lo que a audiencia se refiere. La dura competencia tanto de Antena 3 como de Telecinco están pasando factura al ente de RTVE. No en vano la televisión pública ya no compite contra los canales de los grandes imperios mediáticos como Atresmedia o Mediaset.

En este sentido TVE sabe explotar bien el formato de los cocineros anónimos que buscan hacerse un hueco en el mundo de la cocina. No en vano a lo largo del año se emiten, casi sin solución de continuidad, tres tipos de Masterchef: el de personas anónimas o no conocidas, el de famosos y el de niños, que es el que normalmente se estrena cerca de la Navidad y que muchas veces es muy criticado porque se emite a una hora muy tardía a pesar del público infantil al que dice perseguir. 

Otros ganadores

¿Cómo se vive después de haber alcanzado la cima? Con la misma guía de vida. Esa es, al menos, la respuesta que seguro que daría a la pregunta Juan Manuel, el primer ganador de Masterchef España que fue al concurso con la idea de su padre en la cabeza de que podía conseguir todo lo que se propusiera y que salió de este formato convertido de camarero a gran repostero. Algo que, por otra parte, no es muy común entre los cocineros que en todo momento tratan de separar la repostería de la cocina.

Un simple vistazo a las redes sociales de Juan Manuel nos permite ver que es uno de los reposteros más de moda. No en vano los comentarios que los clientes le dejan en sus redes sociales hablan de lo bien que se lleva con ellos y de lo mucho que estos valoran sus creaciones. Sobre todo las llamadas “tartas de números”.