La presentadora de televisión Carlota corredera reconoció ayer durante la emisión de Sálvame y mientras sus contertulios hablaban del programa de Rocío Carrasco que en el formato de la Fábrica de la Tele "siempre hemos tratado de evitar el tema del suicidio, nunca hemos hablado de él como en el resto de medios de comunicación", aseguró la presentadora haciendo referencia a la teoría extendida de que hablar de los suicidios en los medios provoca actitudes suicidas.

Atravesando uno de los momentos más complicados de su vida y convertida en una de las señaladas en la serie documental de Rocío Carrasco - que ha hablado por primera vez de la nula relación que mantiene con su hija después de 9 años sin verse y de quien confiesa que cree que la odia - Rocío Flores intenta continuar con su día a día y mantenerse al margen de esta pesadilla que nunca pensó que se pudiese convertir en realidad.

Así, a pesar de que numerosos medios de comunicación están apostados a las puertas de su casa para obtener sus primeras palabras tras las demoledoras confesiones de su madre, Rocío Flores no está dispuesta a esconderse y continúa con su rutina diaria intentando poner al mal tiempo buena cara.

Aparentemente tranquila e intentando sonreír y bromear con los reporteros asegurando que "no me voy a esconder, tranquilos", Rocío ha visitado esta mañana un centro de estética antes de desayunar en una cafetería malagueña. Apoyada en sus mejores amigos en estos complicados momentos y confesando una vez más que "no tengo nada que decir" - frase que ha repetido en varias ocasiones - la joven prefiere no pronunciarse sobre las confesiones de su madre.

Sin embargo, a pesar de que quiere reflejar normalidad y soporta la presión mediática con una entereza admirable, los ojos de Rocío reflejan una tristeza imposible de disimular que evidencia que la reaparición mediática de su madre y el despido fulminante de su padre han hecho mella en ella.