Ocho años después de prestarle 86.000 euros a Isabel Pantoja para ayudarla con el pago de la multa a la que fue condenada por el Caso Malaya - de los que sólo le devolvió 10.000 cuando se los pidió - la kiosquera amiga de la tonadillera, Loli, rompe su silencio para reclamar públicamente a la viuda de Paquirri que por favor le entregue los 76.000 euros que aún le debe, los ahorros de toda una vida que ahora necesita desesperadamente.

Loli ha atendido en exclusiva en su casa de Sevilla a 'El programa de Ana Rosa' y, dolida y decepcionada, ha dado la cara por primera vez para ver si así Isabel le devuelve su dinero, una elevada suma que, con 86 años y graves problemas de movilidad, necesita.

"Me pidió el dinero porque lo necesitaba antes de entrar en la casa grande (la cárcel) y no dudé. Pensaba que sería una ayuda importante y que no entraría en la cárcel. Le presté 86.000 euros y cuando se los pedí porque los necesitaba me mandó 10.000, pero ya no más", señala, todavía sin poder creerse años después que la tonadillera se haya portado así con ella tras una relación de tantos años.

"Era una amistad muy sana, muy bonita, de muchos años", confiesa Loli, asegurando que "ya no la conozco" y desvelando que, lo que más le duele no es el dinero sino el desprecio que sufre por parte de Pantoja: "Ya no existo para nada. Y sin ningún motivo. No hay una llamada para preguntarme Loli como estás". "La última vez que la vi fue hace dos años, que su madre doña Ana estuvo ingresada muy malita y fue a verla y cuando entré noté que a Isabel le cambió la cara y no estuvo ni cinco minutos conmigo", cuenta muy afectada.

Decepcionada con la cantante, la kiosquera admite que "en la vida imaginé que pudiese hacer esto". "Me he portado muy bien con ella y para mí han sido una familia y es del dolor más grande que yo he podido tener. He llorado mucho y sigo llorando", confiesa destrozada Loli.

Convencida de que esto no habría pasado si Paquirri estuviese vivo porque era "un caballero de los pies a la cabeza", la kiosquera revela que no sabía el peso que Agustín Pantoja - que tampoco le coge el teléfono - tenía en los asuntos de su hermana. "Ese es como el que no ve. Igual que si hablara con la pared", ha asegurado tras desvelar cómo era ella quien se hacía cargo de los gastos de mantenimiento de la tumba del malogrado torero hasta que se negó a hacerlo y se lo comunicó al hermano de la tonadillera, que no le devolvió las elevadas cantidades que había pagado hasta ese momento, pero que no ha incluido en la demanda contra Isabel.

Con importantes problemas de movilidad y con graves necesidades económicas, la sevillana ya no sabe que hacer para que Pantoja le devuelva los ahorros de toda una vida. "Ella sabe mis problemas pero no se quiere enterar", afirma, comentando además que no sabe si Hacienda se llevará los ingresos que la tonadillera ha percibido por su último programa pero que le llama la atención los coches de alta gama que ha comprado últimamente.

Por ello, y después de que Isabel no se haya presentado a los dos actos de conciliación que han propuesto los abogados de Loli, y de sus negativas a recoger los requerimientos notariales que le han enviado a Cantora para que pague la deuda, la kioskera desvela que "estoy dispuesta a ir a por todas para recuperar mi dinero". "Me hace falta y la cosa va para adelante. Que Dios reparta suerte", advierte.