Los bomberos que ha desplazado a la isla de La Palma el Consorcio de Emergencias de Gran Canaria para ayudar frente a la erupción del volcán comenzaron este martes por la noche una operación desesperada: intentar canalizar una tremenda colada de lava hacia un barranco para salvar, en lo que se pueda, el pueblo de Todoque.

"Por intentarlo que no sea", relataba uno de los bomberos que participaba en la operación, en un vídeo que muestra a sus compañeros como abrir con excavadoras una zona libre de obstáculos y una zanja amplia con la esperanza de que el río de lava que está a las puertas del pueblo elija el camino fácil y siga barranco abajo.

La estrategia es desesperada. Requiere además enfriar los flancos de la colada para que el movimiento se concentre en la cabeza... e intentar "guiarla" hacia un barranco cercano a la iglesia.

"Las condiciones y la orografía del lugar lo están permitiendo a diferencia de otros lugares, pero no sabemos si servirá", reconocen.

Son muchos los periodistas de cadenas nacionales que se han desplazado hasta las zonas afectadas en La Palma. Hoy, un reportero de El Programa de Ana Rosa ha narrado en directo la "angustia" y los momentos de tensión que se estaba viviendo en Todoque, uno de los pueblos afectados. "Yo estoy angustiado, porque yo estoy viendo a muchísima gente aquí, estoy viendo muchísimos coches aquí, que tienen que entrar a sus casas", comentaba. "La lava está llegando al centro del pueblo, está llegando a esas casas, aquí hay un tapón". No obstante, la Guardia Civil ya está llevando a cabo la evacuación de la localidad. "Primero tienen que pasar por el campo de fútbol, recoger una acreditación, les está diciendo la Guardia Civil que si pueden ir varios vecinos en varios coches". Pero el problema, explica el reportero, es que cada vecino vive en una punta y "el tiempo apremia", contaba.

Todoque tiene 1.310 habitantes. Durante el martes, cuando ya sabían lo que se les venía encima, las autoridades les permitieron pasar rápidamente a sus casas a recoger los enseres que quisieran recuperar, bajo la supervisión de los equipos de emergencia.

La colada de lava avanza más lenta de lo que se temía, por lo que este miércoles el Cabildo de La Palma les invitaba a apurar una última oportunidad de salvar efectos y recuerdos, si era posible.

Pero la tarea de encauzar un río de fuego, por lento que avance, es incierta: la colada tiene varios metros de alto y detrás hay un volcán que no cesa de vomitar lava. Y ésta empuja ladera abajo.