No veíamos a Raquel Bollo desde que asistió a la boda de Anabel Pantoja después de "empujar" a Kiko Rivera a que acudiese a Cantora tras la muerte de su abuela y apoyase a su madre, Isabel Pantoja, en estos duros momentos. Siempre al lado de la mediática familia, pero intentando mantenerse en un discreto segundo plano, la excolaboradora ha reaparecido en la presentación de la nueva colección de María José Suárez en Sevilla y nos ha contado por primera vez cuál qué papel jugó en el reencuentro entre madre e hijo después de un año enfrentados.

"Me mantengo donde creo que me tengo que mantener, en la privacidad y que todo fluya que es lo que quiero", ha confesado Raquel, evitando entrar en la guerra que Kiko ha iniciado contra su hermana Isa y su prima Anabel Pantoja, a las que ha acusado de "no tener oficio ni beneficio" y de contarle "patrañas" para evitar su acercamiento a su madre. Pero que no se pronuncie no quiere decir que no desee una reconciliación en la mediática familia, ya que como desvela, "es lo que mi corazón me dicta. Pase lo que pase entre hermanos, madre, hijo, primos, tíos, familia, al final lo que me gustaría es que todo marchase bien".

Además, y pese a su negativa inicial, Raquel ha admitido su papel de 'mediadora', aconsejando a Kiko que fuese a Cantora tras la muerte de doña Ana. "Creo que en un momento dado es lo que cualquier persona que estuviese ahí haría, ni más ni menos. No he hecho nada fuera de lo normal, es lo normal de cualquier persona que le dijera a él tienes que ir independientemente de lo que pueda pasar. Es lo normal y así se hizo", ha asegurado.

"Sé lo que los quiero a ellos, no hace falta estar todo el día al lado de una persona para quererlos", ha apuntado, dejando claro el cariño que tiene tanto a Isabel, como a sus hijos Kiko e Isa y a Anabel, que pueden contar con ella para lo que necesiten: "Me gustaría que todo fuese genial", confiesa sin entrar en polémicas.