No todo va a ser cruz para Kiko Hernández. Tras los últimos reveses sufridos, con el fallecimiento de dos de sus amigas, Mila Ximénez y Begoña Sierra, el presentador también tiene cosas que celebrar. Una de ellas el éxito de sus negocios, que tranquilamente le pueden haber hecho ingresar una importante cantidad de dinero en los últimos tiempos.

Se debe al último y suculento negocio de Kiko Hernández, que no es otro que la venta de aceitunas. El presentador y exconcursante de Gran Hermano ha comenzado a poner su rostro al servicio de la venta de una marca de aceitunas. Por el momento, y por las cifras que ha desvelado el propio colaborador de Sálvame, el asunto va viento en popa. Ya lleva vendido más de 75.000 botes.

Además de una campaña por redes sociales y en toda situación que puede, Kiko Hernández también ha contado con el apoyo de algunas de las vacas sagradas de "Sálvame" para lanzar su producto.

Tal y como se puede ver en la página web de venta de las aceitunas, existen dos posibilidades de compra: Por un lado, un pack de 6 botes de 250 gramos que se venden a 13,79 euros y, por otro, media docena de botes de 800 gramos, a un precio de 21,29 euros.

Por el momento, Kiko Hernández ha vendido 75.400 productos. Eso es lo que ha contado en su cuenta oficial de Instagram. Lo que no ha dicho, es cuántos han sido de 250 gramos y cuántos de 800.

El precio unitario de los botes de 250 gramos es de 2,3 euros, mientras que el de los grandes, de 3,55. Haciendo una media (y redondeando), el precio del bote es de 3 euros. Si multiplicamos 75.400 unidades por 3 euros, nos sale que Kiko Hernández ha ingresado 226.200 euros.

Si bien, esto no es más que una aproximación. La cifra puede ser mayor o menor. En el hipotético caso de que todos los botes vendidos fuesen de los grandes, habría ingresado 267.670 euros. En el caso opuesto, que todos hubiesen sido de los pequeños, hablaríamos de 173.420 euros.

No obstante, aquí estaríamos hablando siempre de dinero ingresado, que no beneficio. A este montante habría que descontar impuestos, gastos y comisiones, si las hubiese; una serie de añadidos que sólo Kiko Hernández conoce y que resulta imposible de desenmarañar.

Lo que está claro, es que todo apunta a que se trata de un negocio rentable.