Desde el fallecimiento de Verónica Forqué a principios de esta semana, el cuidado de la salud mental ha hecho correr ríos de tintas. Aunque no es nada nuevo e Íñigo Errejón ya señaló su importancia en el Congreso a raíz de la pandemia -algo que tomaron como motivo de burla algunos diputados sentados en la tribuna-, Mens sana in corpore sano sigue siendo la máxima que todos perseguimos. Carlota Corredera es uno de los rostros conocidos que ha querido hacer público lo importante que es prestar atención a la salud mental y en octubre desveló que ella recibía terapia para cuidarla.

Dos meses después, la presentadora viguesa nos confiesa que recibir terapia fue una decisión más que acertada que le hubiera gustado tomar antes: "Al psicólogo yo he empezado a ir y creo que tenía que haber ido hace muchísimo tiempo". Y es que, gracias a ella ha podido solucionar conflictos internos que arrastraba desde hace años: "Yo he tenido dramas familiares desde muy joven y lo que no trabajé en su momento lo tengo que trabajar ahora". Por lo que anima, sin ninguna duda, a ponerse en manos de expertos "la terapia me ha ayudado mucho y la recomiendo a todo el mundo".

A estos traumas se le han unido feroces críticas en redes sociales, acrecentadas desde que se convirtió en conductora de la serie documental de Rocío Carrasco, 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'. Pero Carlota se siente una gran afortunada de estar en el camino correcto para sobrellevar los dimes y diretes digitales y decir bien alto que su salud mental progresa, en estos momentos, adecuadamente: "En mi caso tengo la suerte de que hago terapia desde hace más de un año y me ayuda a gestionar todo lo que me dicen."