Patricia Pardo lleva al lado de Ana Rosa Quintana desde que empezara el programa de Telecinco. Ejerciendo como maestra de ceremonias junto a Ana Terradillos siempre que la jefa está ausente, Pardo demostró hace semanas que además de una relación profesional tiene una estupenda relación personal con Quintana. El día que su jefa anunció que tenía cáncer y que se veía obligada a dejar la televisión Pardo fue una de las personas del plató que más sintió tanto la noticia como la ausencia de la jefa.

A lo largo del último año Patricia Pardo no ha pasado su mejor temporada. Después de separarse del que durante más de una década fuera su marido empezó una nueva vida en compañía de sus dos hijas. Ahora ya parece estar más estable, contenta y feliz. Esta misma semana, el lunes, cuando empezó el programa después de que ella hubiera sido la noticia del fin de semana en Socialité, Joaquín Prat llegó a tomarle el pelo a Patricia pidiéndole que visitara el club social del programa. “Estoy muy bien aquí, no te preocupes”, contestó la gallega entre sonrisas.

Y es que si algo destacan quienes han trabajado con esta gallega es su incansable trabajo, su profesionalidad y que siempre tiene una sonrisa en la cara. Una sonrisa que ahora parece haber recuperado gracias a su relación con Christian Galvez pero que también se le borra del rostro de vez en cuando.

No en vano hacer un programa de tantas horas en directo no es nada fácil. Y sino que se lo digan a Ana Rosa Quintana. Y más cuando a lo largo del formato se tratan todo tipo de temas. Desde la guerra en Ucrania a un asesinato en cualquier ciudad de España pasando por temas un poco más ligeros y del corazón.

Esta semana en un momento determinado la corresponsal que Telecinco tiene en Ucrania y que está contando los pormenores de la guerra a la audiencia española hizo que Patricia Pardo se echara a llorar al contar la auténtica odisea que está viviendo el cámara con el que trabaja allí para poder traer a sus hijos de vuelta. Una historia humana como muchas otras que conquista al público y que, como es lógico, también afecta a quién está al otro lado de la cámara en el plató de Mediaset. En este caso a Patricia Pardo que acabó echándose a llorar. “No puedo ni verlo”, afectó.