No hay semana que no hablemos del matrimonio de José Ortega Cano y Ana María Aldón. Y es que cuando pensábamos que la andaluza estaría feliz por el posicionamiento claro del torero a su lado - después de que cargase duramente contra su familia, y especialmente contra su hermana Conchi Ortega Cano, en la revista 'Lecturas' - la colaboradora de 'Viva la vida' ha vuelto a hacer un reproche público a su marido.

Así, después de confesar que se ha llegado a sentir menospreciada por él y de pedirle en televisión que le diese su sitio e hiciesen planes juntos para no volver a caer en depresión, Ana María ha dejado claro que no le hizo ninguna gracia que Ortega Cano se posicionase públicamente y desmintiese de un modo rotundo su posible separación.

Además, a la colaboradora tampoco le ha sentado bien que el diestro apuntase a que quizás la actitud de su mujer en los últimos tiempos se podría deber a que dejó de tomar su medicación. "Deje de medicarme hace dos años porque no lo necesito" dejaba claro Ana María, sin disimular su malestar por las declaraciones de su marido insinuando que podría tener una depresión: "No sé a qué viene que hable de mi medicación".

Un reproche que, por lo que parece, no ha pasado factura al matrimonio, que demostrando que nada hay de cierto en los rumores de que hacen vidas separados, se han ido juntos de vacaciones de Semana Santa. Antes de poner rumbo al sur para disfrutar de unos días con la familia de Ana María, la pareja se detuvo en una gasolinera, donde la gaditana fue la encargada de echar gasolina mientras Ortega Cano entraba en el establecimiento, imaginamos que para pagar, antes de sacar dinero en un cajero automático.

Sin embargo, la actitud de la pareja fue extraña, ya que a pesar de hacer uno de los planes de ocio que Ana María tanto ha reclamado públicamente, la seriedad entre ellos fue la tónica dominante y apenas se dirigieron la palabra durante el inicio de sus vacaciones familiares.