Las condiciones extremas de 'Supervivientesempiezan a hacer mella en los concursantes. No solo en lo físico, como el caso de Tania Medina, que tuvo que ser evacuada de la isla debido a unos fuertes dolores en el estómago y náuseas que le impedían incluso moverse de la esterilla, tal y como pudo verse en las imágenes emitidas ayer, sino también en el humor y el comportamiento de los participantes.

Los Fatales se encontraban sentados en la arena. Ana Luque se dirigía a Alejandro para pedirle un favor: “¿Matamos los carabineros?”. Su compañero entendía que se refería a los ermitaños y ella corregía su error.

Marta Peñate, que se encontraba presente en ese momento, juzgaba lo que acababa de ocurrir: “Ella sabe cómo se dice, pero se hace la tonta”. Ana juraba que no era así y le pedía algo: “No me llames más tonta. No me hago la tonta, tengo un problema de dislexia grave, ¿vale? Me he sacado mi carrera con mucho esfuerzo”.

La superviviente ha seguido compartiendo su historia con sus compañeros: “Antes no estaba diagnosticado, cuando salgas lee un poquito de ella”, le decía a Marta. La canaria se defendía asegurando que ella también padece dislexia.

“Sabes cómo se dice, lo dices mal para la gracia. Una persona que se ha sacado dos carreras como tú dices, no creo que sea tan tonta”, insistía Marta. “Me choca, ¿cómo le enseñas las palabras a los niños, así de mal? ¿O es por la bobería y hacer la tontería aquí?”.

¿Qué es la dislexia?

La dislexia es una discapacidad específica del aprendizaje alrededor de la cual existen muchos mitos y desconocimiento. Los niños y niñas con dislexia se enfrentan, no solo a las dificultades que les ocasiona la misma, sino también a una sociedad que no les comprende y, en muchos casos, les juzga.

Es muy importante que contemos con información que nos haga conocer, entender y no estigmatizar a las personas con dislexia. Por eso, vamos a ver algunas claves que nos permitan desterrar mitos y también a repasar algunos de los signos que nos pueden indicar que nuestro hijo o hija puede tener esta dificultad del aprendizaje. En caso de que nuestro hijo presente estos síntomas, debemos acudir a un profesional especializado en trastornos del aprendizaje.

El psicólogo Rafa Guerrero nos explica que “la dislexia es un trastorno específico del aprendizaje que se encuadra dentro de los trastornos del neurodesarrollo”.

“Estos trastornos se dan cuando el desarrollo del cerebro es más lento si lo comparamos con otros cerebros de niños de la misma de edad. No solamente hay diferencias en lo anatómico, o en lo fisiológico, sino que el funcionamiento del cerebro también es diferente”, señala Rafa.

Por lo tanto, “el problema de la dislexia está en la decodificación de los fonemas”, explica el psicólogo. “Yo soy capaz de reconocer que esto es una pelota, porque conozco la pelota y la sé reconocer, pero mi cerebro en algún momento ha tenido que decodificar que algo redondo, que bota, es una pelota. El problema de estos niños es que tienen esa dificultad para decodificar”.

¿La dislexia está relacionada con un bajo cociente intelectual?

Como apunta Rafa Guerrero, “uno de los criterios que descarta el diagnóstico de dislexia es la inteligencia baja. Es decir, existe el mito de que las personas con dislexia son personas con un cociente intelectual bajo, y eso no es cierto. Lo mismo ocurre con los TDAH”. Desde Change Dyslexia explican que “existen personas con dislexia con diferentes cocientes intelectuales. Si el niño presenta inteligencia normal o

superior pero no logra las habilidades lingüísticas de lectura, escritura y ortografía en consonancia con su edad y sus habilidades intelectuales, puede tener dislexia”.

¿Qué implicaciones tiene la dislexia?

José Ramón Gamo, especialista en neuropsicología infantil, explica que “prácticamente el 100% de las personas con dislexia van a poder ser lectores competentes a través de los programas de reeducación lectora, con una velocidad adecuada, sin cometer errores significativos y con la comprensión totalmente preservada”. Sin embargo, apunta Gamo, “va a ser muy difícil o casi imposible que consigamos que mejore su ortografía arbitraria”.

Ortografía arbitraria: la “b”, “v”, “g”, “j” o “h” son ortografía arbitraria ya que eran sonidos que existían en el lenguaje oral pero que, con su evolución, desaparecen (ya nadie dice la “v” fricativa, por ejemplo). Sin embargo, a pesar de desaparecer del lenguaje oral, sigue representándose por escrito.

Otra de las particularidades de los disléxicos, explica Gamo, es que no van a poner tildes. “Ellos aprenden la regla (por ejemplo: las palabras agudas se acentúan cuando acaban en vocal, “n” o “s”), pero el cerebro no les manda la información de dónde está la sílaba tónica, así que no pueden asignar la tilde”.

Aparte de las dificultades en la lectura y escritura, José Ramón Gamo apunta que “la mayoría de los disléxicos (no todos) no son capaces de memorizar las tablas de multiplicar. Hasta la tabla del 5 se manejan bien, pero luego van haciendo estrategia sumatoria y esto les lleva muchísimo tiempo”. Por eso, “recomendamos que se les deje tener las tablas de multiplicar encima de sus mesas o que puedan trabajar con una calculadora”.