Gloria Camila es una mujer mediática. Y eso es algo que no ha elegido ella. Desde que fue adoptada con su hermano por el matrimonio Rocío Jurado y José Ortega Cano, está en las primeras páginas de la prensa rosa. Como ha afirmado en numerosas ocasiones, no renuncia para nada a sus orígenes, pero es consciente de los inconvenientes que le supone ser un personaje público. También en su vecindario, a los que ahora advierte: "Al que le guste mi presencia aquí, bien; y al que no, también".

Todo comenzó en la cuenta oficial de Instagram de Gloria Camila. Fue allí, en la historias, donde la actriz y tertuliana hizo la reflexión. "De verdad que cuando me mudé a este piso salió gente (supuestamente vecinos) en un programa diciendo que yo paseaba a mi perro y no saludaba y que era una borde. Y no tenía perro en casa", comenzó diciendo Gloria Camila Ortega, un ejemplo de por qué "no siempre me creo todo".

Eso sí, la televisiva tiene claro que es probable que no todo el vecindario sea agradable. Puede haber vecinos y vecinos. Siempre hay uno tocahuevos, el que está cascarrabiando todo el rato... hay de todo", afirmó antes de asegurar que esta circunstancia no le importa. "Voy a seguir viviendo en el mismo sitio. Al que le guste mi presencia genial y al que no, también genial. Dicho esto. Si tienen algo que decirme que me añadan al grupo de WhatsApp o que vengan a a casa a decírmelo", asegura.

Gloria Camila también parece tener claro que hay vecinos que le observan. "Habrá vecinos que me estén fisgando. Dicho esto, que de verdad siempre lo digo y lo vuelvo a decir: creo que la sociedad se va a la mierda, no aprendemos nada de una pandemia ni de una guerra ni de nada. No evolucionamos y así somos y así nos vamos a quedar. A mí me da igual la vida de los demás. No falto el respeto a nadie, no amenazo, no insulto, duermo muy tranquila por las noches, sé de dónde vengo y a dónde voy. No quiero gente mala, tóxica y que desee el mal a los demás".