La isla hondureña en la que sobreviven los participantes del reality de Telecinco, Supervivientes, está que arde. Romances, peleas, comida... Pero sin duda, el momento más emotivo de la semana lo ha protagonizado Ana Luque tras la visita de su marido "Juanma" a la Isla. La concursante fue engañada delante de las cámaras para abandonar la isla mientras su marido entraba en ella. Luque fue con Alejandro a otra isla para buscar "un tesoro" que escondía una carta de sus hijas. La concursante de Torremolinos comenzó a llorar desconsolada y dio gracias al programa: "No necesito ni comer". Pero su alegría no finalizaría ahí.

Una vez de vuelta a la isla, Ana recibió un audio de su marido, supuestamente desde el plató. Le tocó llorar de nuevo. Pero de repente, Lara Álvarez empezó a explicar la siguiente prueba: debían comer una serie de platos asquerosos para conseguir unas llaves. Esas llaves abrían una especie de jaula que tenían detrás, totalmente opaca, en la que por supuesto, estaba su marido. Una vez obtenidas las llaves, una ventanilla en el "sarcófago de madera" se abrió, y Ana Luque pudo reconocer el semblante de Juanma. Luque entró en el "climax". A partir de ahí se apresuró para conseguir abrir la caja y poder abrazar a su marido: "¡Qué bueno que estás!", repetía constantemente.

Después de ver esas imágenes, el programa finalizó. Sin embargo, en su especial "Tierra de nadie", pudimos ver la despedida del matrimonio unos días después de pasar unas jornadas increíbles juntos en los Cayos Cochinos. Carlos Sobera, desde plató, le preguntó a Juanma si había descubierto algo en su mujer que antes desconociera. Él quiso dejar claro que no había descubierto nada nuevo, "ella es como es en cualquier sitio. Su alegría, su fuerza, su vitalidad", expresó.

Tras ese instante, Sobera tuvo que poner fin al encuentro, lo que siguió con un beso muy romántico y con los agradecimientos por parte de ambos hacia el concurso, en especial, de Ana: "Gracias por traerme al amor de mi vida, por hacerme esto tan bonito", indicó.