El chef Dani García ha acudido por primera vez a 'El Hormiguero' para hablar largo y tendido sobre sus éxitos profesionales. En su primera intervención, el cocinero ha declarado que "hay mucho trabajo detrás de todo esto. Me inspiro en cualquier cosa pero siempre hay una historia detrás de cada nombres", ha comentado en referencia a los títulos de sus numerosos restaurantes.

Pablo Motos le ha preguntado acerca del hecho de que una mesa de dos comensales puede gastarse más dinero que una mesa de cuatro comensales: "Para nosotros el dato es fundamental, es el nuevo petróleo, es oro líquido. Pero es por una razón, porque queremos hacer feliz a la gente. La gente necesita cariño, necesitar sentirse como en casa, y saber lo que quiere tu cliente es fundamental. Y utilizamos estos datos para estudiar a la gente que viene al restaurante".

Respecto a su carta, el chef ha reconocido que "ponemos siempre los más baratos al principio por una cuestión psicológica". También ha reconocido que modifican el nombre de un plato si quiere que tenga mayor o menor éxito: "Cuando necesitamos que se pida un plato le ponemos un nombre más bonito, y si no queremos que se pida tanto porque nos complica la operativa le ponemos un nombre más feo. Todo esto lo lleva el departamento de Business Intelligent".

Al ser preguntado por los motivos que le llevaron a cerrar 'Dani García Restaurante', ha dado una respuesta sorprendente: "Tenía claro que si pasaba el milagro de conseguir la tercera Estrella Michelín, lo iba a hacer. Mi madre me hizo dudar y me entró pánico a la hora de decírselo a mi equipo. También lo hice por respeto a la guía Michelín, porque tenía un proyecto más grande y no quería estar centrado en que tenía tres estrellas. Pero a los seis meses montamos el 'Smoked Room' y nos dieron dos estrellas".

Respecto a esta decisión, García asegura que "no lo entendía nadie", aunque para él fue una cuestión de felicidad. "Llevaba 20 años cocinando en el mundo de la alta cocina y le debo todo a la alta cocina, pero es verdad que una decisión así te echa encima un poco el sector porque mis compañeros creían que estaba despreciando lo que ellos son y lo que mucha gente sueña ser, porque restaurantes que tres estrellas Michelín hay 130 en todo el mundo. Yo no estaba despreciando nada, pero creo que el mundo de la cocina es muy grande y hay un mundo más allá de la alta cocina", ha explicado.

Además, ha querido poner sobre la mesa que a veces cuesta llegar a final de mes: "A mí me ha pasado. El mundo de la alta cocina no es como cualquier ámbito profesional. En otros sectores, cuando eres muy bueno o haces algo muy bien, está claro que vas a ganar dinero, pero en el mundo de la cocina no es así". El chef también ha reconocido que en un momento dado se vio obligado a vender su coche y durante dos años tuvo que depender de otras personas para que le llevasen de casa al restaurante.