En el ojo del huracán mediático por su supuesta crisis matrimonial con José Ortega Cano, Ana María Aldón ha tocado fondo. Las declaraciones de su marido pidiéndole públicamente que no volviese a hablar de él en televisión hundieron a la colaboradora que, en su peor momento, decidía abandonar la casa que comparte con el torero en Madrid y poner tierra de por medio, yéndose a su Cádiz natal con el hijo de la pareja, José María, de 9 años.

Desde entonces, silencio absoluto por parte de Ana María, aunque su entorno cercano desliza que lo está pasando muy mal, que no sabe qué hacer para que el torero le de su sitio y que, profundamente afectada anímicamente, ha pedido ayuda profesional para intentar superar un bache que podría desembocar en su separación de Ortega Cano.

Refugiada en su entorno más cercano, Ana María no se ha dejado ver apenas en la última semana, alimentando las especulaciones sobre su matrimonio y activando todas las alarmas sobre su estado de salud. Después de hacer diferentes maniobras - como pasar de largo por delante de su garaje - para evitar a las cámaras, hemos pillado por fin a la diseñadora realizando unos recados cerca de su domicilio.

Muy seria, cabizbaja y con una voz que denota el delicado momento que atraviesa, Ana María reaparece y lo hace sin ganas de desmentir los rumores sobre su inminente separación de Ortega Cano. Además, a pesar de lucir un favorecedor vestido estampado de corte camisero, su pérdida de peso en los últimos días es más que evidente, lo que refleja que algo hay de cierto en las informaciones que apuntan a que ha tocado fondo. Algo que, con gesto de cansancio, la gaditana evita desmentir.