Pasa por Supervivientes no es nada sencillo. El programa estrella de Telecinco está estos días ultimando su nueva edición por lo que en pocos días se podrá saber quien es el ganador y se lleva el maletín con una importante inyección económica. Y es que siempre se habla de lo que ganan los concursantes por cada semana que están en el formato de Telecinco. Se habla de muchas e importantes cantidades de dinero. Pero de lo que parece que no se habla nunca (al menos en público) es de las penurias que se pasan tanto dentro como fuera de la isla más famosa de la televisión en España.

Y es que lo que pasa en el día a día de los concursantes lo podemos ver. Es público y notorio que se pasa hambre, que se pasa frío y calor al mismo tiempo y que se duerme mal. Pero en eso consiste el programa: en poder sobrevivir. Y si bien es cierto que este año no ha habido demasiados abandonos (otros años hay más) lo cierto es que en todas las galas se puede ver las dificultades que atraviesan personas acostumbradas a todo y que durante unos meses renuncian a su vida de lujos y dinero.

Si algo tienen todos es fama. Unos más que otros pero casi todos los concursantes son conocidos y eso lo saben tanto en la productora como en la cadena. Son bienes a explotar porque se paga mucho dinero por su presencia allí. Pero ¿qué pasa cuando salen del concurso? Pues que a muchos les aumenta la fama y los bolos y programas de televisión. Pero ojo porque también lo pasan mal.

La intrahistoria que hay detrás de Supervivientes la contó el pasado domingo en Viva la Vida Mariana Rodríguez, una de las últimas en abandonar la isla que acudió al programa de Emma García con una doble misión: contar su experiencia y analizar el concurso. "La verdad que yo lo pasé mal a ratos. Había momentos que me comía 12 donuts seguidos de la ansiedad. Comía todo el día. Iba por casa y cualquier cosa que veía pensaba que no pero luego me lo comía todo mezclando dulce y salado, sin sentido ninguno", aseguró la joven haciendo hincapié en que la recuperación le exigió incluso una terapia psicológica para poder sobrellevar lo que estaba pasando. "Me estoy tratando", afirmó poco antes de que le diera la razón Suso, otro ex de Gran Hermano que también vio como le cambiaba la vida Supervivientes. "Es muy duro lo que vives después de salir del concurso", sentenció.