Están siendo unos meses difíciles para Ezequiel Garay. Después de su separación con Tamara Gorro, que anunciaron por redes sociales, ahora lidia con el fallecimiento de su "sobrina adoptiva", Valeria, que con tan solo cinco años no pudo vencer al cáncer. La pareja no lo está pasando nada bien estos últimos tiempos. En 2010, Tamara Gorro anunciaba padecer una depresión grave y ansiedad mental por medio de la que estuvo un tiempo alejada de las redes. Varios motivos más personales se unieron a este para que ambos decidieran en enero tomarse un tiempo como pareja, aunque sin dejar de convivir juntos. Las redes habían venido especulando sobre la relación que mantenían y la inminente separación antes de que ni siquiera lo hubieran anunciado.

Cinco meses después, el exfutbolista y la influencer publicaron en ambos perfiles donde anunciaban haber vuelto. "Mejor juntos", podía leerse bajo la fotografía. Tan solo unos días después, Garay tuvo que salir a desmentir varios rumores y a expresar sus sentimientos ante las acusaciones en Internet en torno a su relación. La terrible noticia del fallecimiento de Valeria hundió a la pareja, dada la unión que tenían con la pequeña, lo cual era ampliamente conocido por sus seguidores. Valeria, hija de unos amigos muy cercanos tanto de ella como de Garay, padecía un cáncer que no pudo vencer. El exfutbolista lloraba la muerte de la niña en su perfil de Instagram, en una fotografía junto a ella y en la que se despedía: "Nunca te olvidaré mi princesa. Vuela alto".

Su mujer también quiso compartir su dolor con el siguiente mensaje: "Mi princesa… Mi niña de la eterna sonrisa… Toda una vida juntas, pero cinco años inseparables. Una balanza donde existió el sufrimiento, pero sin duda ganó la fuerza, la energía, las ganas y el amor… Te has ido mi vida, te has ido para siempre. Pero enseñando al mundo que no se puede dejar de luchar, y siempre hacerlo con una sonrisa. Eres un ejemplo de admiración. Mi princesa, no sabes el vacío que me dejas, no te imaginas cuanto me has ayudado, enseñado y motivado. Hasta nuestra despedida ha sido especial y única. La tristeza me invade y tengo el corazón roto, yo no quería este final y sé que tú tampoco, quedaban muchas cosas por hacer juntas. Pero te juro que las haré, te lo he prometido y así será. Vuela alto cariño. Allá donde vayas seguirás brillando, porque eres luz. Te voy a tener presente cada día de mi vida. Lo siento en el alma por no haber podido hacer más para ayudarte y curarte, lo siento. Te amo y jamás te olvidaré. Tu tía Tamara".