First Dates tiene como principal finalidad que sus participantes encuentren el amor o, al menos, empiecen a buscarlo. Con tantas citas a ciegas pasando por sus mesas, lo más probable es que alguno de los encuentros salga bien y que otros salgan francamente mal.

Carlos Sobera recibe desde hace años a innumerables personas en busca del amor. Su programa ha ganado una fama nacional y no parece decaer, ya que no dejan de emitirse nuevos programas. Lleva en el programa desde que comenzó su emisión y no ha separado su camino del mismo, al igual que sus célebres camareros, Matías Roure y Lidia Torrent. Tampoco el formato pierde tirón en redes sociales, donde la gente no deja de interactuar y comentar las citas, sobre todo más cómicas.

Ahora que el programa está de vacaciones, las redes sociales rememoran los momentos más icónicos del programa, ya que, con tantas citas, muchas veces es fácil encontrar a verdaderos personajes. No solo eso, sino que, de todas las citas que salen tanto mal como bien, algunas quedan en la memoria de los espectadores por algún dato especial. Fue el caso de esta pareja, Abel y Agustín, cuyo humor cuajó desde un principio y dejó momentos memorables para la decisión final. Un usuario de Twitter compartía así el mensaje: "Me meooooooo. “Por favor no vayas a decir que no, que estamos saliendo en la tele y lo está viendo mi abuela” Espero que a Abel y Agustín les esté yendo divinamente".

Abel fue el primero en elegir si quería tener una segunda cita o no: "Yo la tendría porque la verdad es que me ha parecido muy majo". Comentaba el comensal, que no dejaba ahí la cosa: “Por favor no vayas a decir que no, que estamos saliendo en la tele y lo está viendo mi abuela”.

En ese momento, Agustín asustaba a su acompañante gastándole una broma: "Yo no tendría una cita con él, no me ha llenado". Ante la incredulidad de Abel, Agustín cortaba la broma y reculaba: "Es broma, que sí, tonto, ¡cómo no la voy a tener!". Abel se sentía aliviado y respondía entre risas: "Por un momento he pensado que tenía que llamar al psicólogo otra vez". Ambos marchaban juntos, sin dejar de hacer bromas: "Creo que te quiero ya", decía Abel, a lo que Agustín contestaba: "Me amas con locura". Finalmente, pusieron rumbo hacia McDonalds.