Rocío Carrasco se ha pronunciado por fin del por qué no hay relación entre ella y su hermana, Gloria Camila.

Emocionada, Rocío confiesa que "a la Gloria que yo recuerdo es una Gloria que era pizpireta, graciosa, lista y muy inteligente, zalamera; una niña muy linda" y echa la vista atrás para revelar la última vez que vio a su hermana y por qué se distanciaron.

"En 2012, antes de navidades, recibo una llamada de auxilio de Ortega Cano porque Gloria estaba teniendo una adolescencia difícil, más de lo normal por la mochila que llevaba detrás" ha explicado, recordando que como es lógico, habló con su hermana para intentar echar una mano al torero.

Una conversación en la que Gloria le dijo que le iba a hacer caso, pero que no pareció sentar nada bien al torero: "Empezó a decirme que quién me creo para decirle a su hija cómo tiene que comportarse, que no soy su madre". Un reproche que provocó que Rocío, como ahora confiesa, se sintiese "descolocada" y decidiese romper con todo, puesto que coincidió en el tiempo con la terrible paliza que le dio su hija, Rocío Flores: "Me desbordo y me quito de en medio porque yo no podía ni hacerme cargo de mí. Por eso decido desaparecer y no saber nada de nadie".

Diez años después su relación con Gloria sigue siendo nula y, por el momento, parece que así va a seguir siendo por la cercanía que su hermana tiene con Antonio David Flores, algo que parece que no puede perdonarle. "No es el momento. esa conversación es estéril desde el punto y hora en el que hay un núcleo que es 'el Ser'. Yo no puedo tener relación con nadie donde esté esa persona" afirma.

"No estoy preparada y quien no lo entienda es que no ha tenido una enfermedad o un problema mental, o nunca se ha visto inmerso en una depresión, o nunca ha tenido un ataque de pánico" concluye, dejando claro que, por lo menos a corto plazo, no veremos un acercamiento entre hermanas.

Veremos ahora si la hija de la más grande apoya a su hermana en su nueva aventura, Pesadilla en el Paraíso.