"No voy a ser hipócrita", confesaba Ana María el fin de semana pasado en Ya es verano cuando le preguntaban por su situación sentimental con el torero. Ella confesó que no dormían juntos ni hacían planes junto con su hijo (los tres, en familia). Aunque, eso sí, su trato y su relación es cordial. Reconoce que su situación no es buena y no piensa maquillarla.

Ana María Aldón ya está en Madrid. Después de un verano yendo y viniendo, la diseñadora de moda ha regresado a la capital y se ha dejado ver en el domicilio familiar de José Ortega Cano, eso sí, se ha mostrado de lo más discreta posible y aunque están bajo el mismo techo, parece que la situación no es del todo idílica. Durante el día de ayer vimos muchos movimientos en la casa por parte de ambos, pero lo que más nos ha llamado la atención es que evitaban encontrarse. Al detalle:

Ortega Cano se dejaba ver saliendo de su casa a primera hora de la mañana completamente mudo, sin querer desvelar la opinión que tiene después de las declaraciones de Ana María en las que aseguraba que había cosas que estaban fuera de lugar. Pasado un tiempo, el torero regresaba y no confesaba si su mujer se encontraba en Madrid... pero a los minutos su mujer salía de casa.

Con semblante serio y sin mediar palabra, la diseñadora salía de casa tras reencontrarse con su marido en el interior de la vivienda. Eso sí, saludaba a todos los medios de comunicación que se encontraban en las inmediaciones, pero no hacía ningún comentario al respecto.

Minutos más tarde, la colaboradora de televisión acudía a un restaurante en solitario. Luciendo una espectacular figura física con un mono largo de color verde, evitaba desvelar cómo había sido su encuentro con el torero, pero nos confesaba que se encontraba "bien" tras haber roto su silencio estas últimas semanas.

¿Qué ocurrió a partir de aquí? Cansada del seguimiento de la prensa, Ana María abandonó el restaurante en el que la vimos entrar por una puerta distinta para no ser captada por las cámaras... por lo que la perdimos el rastro, pero a última hora de la tarde regresaba a su casa después de pasar varias horas de forma solitaria en lugar desconocido.

Tras introducirse en el hogar, José Ortega Cano también regresaba a casa y nos aseguraba que se encontraba bien al tener de nuevo a su mujer bajo el mismo techo: "Bien, bien", pero cuando creíamos que no habría ningún movimiento más... la colaboradora nos dejaba sin palabras.

Entraba el maestro y salía ella. Ana María se marchaba en compañía de Marina, la persona de confianza de la casa de Ortega Cano, a un supermercado para hacer recados. Las dos juntas realizaban una compra, pero se esperaban hasta último momento para abandonar el centro comercial... de hecho, cuando lo iban a cerrar aparecían con el carro lleno para llenarlo y dirigirse... ¿a su casa?

Un reportero de Ya es verano ha preguntado a Ortega Cano sobre todo este asunto y él responde: "Me parece muy fuerte que tenga que decir esas cosas de su marido. Fuera de lugar, totalmente". Estas declaraciones se produjeron el lunes. Nuestros colaboradores tienen más información y aseguran que el domingo por la noche estaba devastado y dijo, en confianza "que no podía más y se preguntaba qué era lo que no estaba haciendo bien".