Las plataformas de contenido audiovisual continúan su batalla por aumentar su volumen de suscripciones. Ahora, esta competición va más allá, después de los últimos datos registrados, que indican una abundante pérdida de afiliados. La cosa ya no va de sumar nuevos clientes, sino de conseguir fidelizar a aquellos con las que ya contaban. Netflix ha sido una de las grandes afectadas tras la subida del precio de sus tarifas.

Si sus suscriptores echaban de menos títulos originales que renovaran la cartelera, este octubre la plataforma ha anunciado el estreno de varias series y películas que, además, continúan la temática terrorífica del mes de Halloween. Precisamente, una de las apuestas más atractivas de Netflix -y del resto de plataformas- son los documentales “true crime” -crímenes reales-, más aún a lo largo de estas semanas.

Tras el éxito de la serie Dahmer, basada en el caso real del asesino en serie Jeffrey Dahmer, el próximo 7 de octubre verá la luz un nuevo episodio de la serie documental “Conversaciones con asesinos”. La producción recoge las cintas y grabaciones de voz de algunos de los asesinos más famosos de la historia. Periodistas y psicólogos se sentaron junto a ellos para intentar esclarecer los hechos y buscar una explicación a por qué habían cometido aquellos crímenes. este caso, “Las cintas de Jeffrey Dahmer”, es la tercera entrega de la serie; la primera fue dedicada al caso de Ted Bundy, y la segunda a John Wayne Gacy.

Al igual que ocurrió con las cintas de Ted Bundy, la plataforma ha optado por lanzar en primer lugar una película, que en su caso se llamó “Extremadamente cruel, malvado y perverso” y fue protagonizada por Zac Efron, para luego lanzar el documental.

Los crímenes de Jeffrey Dahmer

“El carnicero de Milwaukee”, como se apodó a Dahmer, actuó entre 1978 y 1991, cuando una de sus víctimas consiguió escapar de su apartamento número 113 en los edificios Oxford de Milwaukee. En aquella ciudad cometió la mayoría de los al menos diecisiete asesinatos que llevó a cabo, aunque la cifra no es exacta por el estado de los cuerpos -que desmembraba-. La mayoría de sus víctimas fueron hombres negros homosexuales a los que conocía en clubs de baile nocturnos, lo que era un aliciente en aquellos años para no levantar sospechas ante la policía, que en varias ocasiones estuvo cerca de descubrir las atrocidades que se cometían en aquel piso.

La serie, más que ofrecer un retrato de Dahmer, pretende hacer un homenaje a las víctimas, sobre alguna de las cuales elabora un perfil. Otro de los puntos a destacar es su factor de denuncia en cuanto a la pasividad de los cuerpos de seguridad, a pesar de las constantes denuncias que les llegaban por parte de la vecina del asesino, que era plenamente consciente de que algo estaba pasando en el piso de al lado.