La letra maldita de Orestes en Pasapalabra: arruinó su rosco por partida doble y le dolió en el alma

Pasan los programas, y Pasapalabra sigue dando juego, acumulando una buena cuota de pantalla. Sus fieles no falla. Y pasan los programas y sigue Orestes Barbero compitiendo, acumulando pruebas y acumulando aciertos en el rosco. Muchos. Pero también algún fallo, y esta pasada semana llegó uno que le dolió en el alma.

Especialmente épicos se están convirtiendo los duelos de Orestes con Rafa en Pasapalabra. Siguen acumulando batallas por intentar acceder al bote del rosco. Su destreza está fuera de toda duda, pero siempre hay esa definición o ese par de definiciones que se les atragantan.

Los telespectadores, a los que les encanta jugar al rosco de Pasapalabra desde el sillón de su casa, ya conocen que la prueba final está trufada de varias definiciones más asequibles, otras intermedias y unas pocas al alcance de muy pocos. En estas son en las que suelen sorprenden los concursantes más certeros y duchos, como Orestes y Rafa.

Dos veteranos de Pasapalabra que dejan boquiabiertos a todo el mundo cuando se sacan de la manga el acierto de una palabra imposible. Un apellido de un artista o un pintor, o un palabro que nadie o casi nadie conoce.

Pero son humanos, son mortales y, como tal, a veces fallan. No son infalibles, ni Rafa ni Orestes Barbero, el preferido para muchos telespectadores que, además, se ha abierto a sus seguidores contando algo de su vida oculta más allá del plató de Pasapalabra.

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La letra maldita de Orestes Barbero

Orestes demostró que es mortal esta misma semana. Y lo hizo con un error que le dolió en el alma, tal y como él mismo manifestó. Porque se sabía la palabra. Pero falló. Todo culpa de una letra, una maldita letra: la "F".

Su contrincante, Rafa, había acertado de inicio cinco letras. Presionaba así a Orestes. Pero este igualó su racha. El problema llegó en la sexta letra: la "F", la maldita "F". Y la "F" le traicionó por partida doble.

"En la antigua Roma, empleo del pan de trigo en la ceremonia del matrimonio", preguntó Roberto Leal ,el presentador de Pasapalabra. "Farrefación", contestó Orestes sin dudarlo. "¡No!", exclamó Roberto Leal.

En la "F" falló Orestes por poner una "F" de más en la palabra. Por partida doble le fastidió su letra maldita. La respuesta correcta era "Farreación" y no "farrefación". "La tendré mal estudiada o algo...", lamentó Orestes, muy exigente consigo mismo. "Seguro que la tenías estudiada", dijo Leal. "Por una de estas tengo un amigo que estaba en la cárcel...", bromeó Orestes.

Ese fallo inicial marcó el rosco de Orestes. El error de la "F" fue una losa para él, y acabó muy por debajo de lo que tiene acostumbrado: acertó 22, pero acumuló tres fallos al acabar yendo a al desesperada. "No se puede inventar nada", bromeaba tras sacarse de la chistera el apellido de un escritor que, evidentemente, no acertó.

Rafa llegaba, sin embargo, impoluto a la recta final. Ningún error. Le quedaban tres para el bote... Ya tenía la victoria en el bolsillo, y decidió lanzarse a por él. Pero en la "J" tropezó.