Eva González reacciona a las duras palabras de la hija de Cayetano Rivera

Lucía Rivera cuenta en su biografía que la presentadora "solo disimuló su desagrado hacia mí"

Eva González, al ser preguntada por las declaraciones de Lucía Rivera.

Eva González, al ser preguntada por las declaraciones de Lucía Rivera. / EUROPA PRESS

Tras conocerse las duras palabras que la hija de Cayetano Rivera tuvo para Eva González, faltaba conocer cuál sería la reacción de la presentadora. Finalmente, los periodistas han conseguido dar con la presentadora y le han preguntado qué le han parecido estas declaraciones, recogidas en la biografía de la joven, quien asegura que la presentadora "solo disimuló su desagrado hacia mí".

Lucía Rivera, hija de Blanca Romero y Cayetano Rivera, acaba de publicar su biografía, una publicación con la que "he vaciado una mochila que pesaba toneladas" y donde relata, en primera persona y con una sinceridad que nunca hubiésemos imaginado, lo dura que ha sido su vida.

Además de hablar de lo complicado que fue su nacimiento -llegó al mundo con dos fémures rotos y poco después de nacer sufrió una parada cardíaca- la modelo echa la vista atrás para confesar lo dura que fue su infancia, entre Madrid y Asturias, pasando por diferentes colegios y sin encajar en ningún sitio.

Pero antes de encontrar su camino con 16 años y probar suerte en el mundo de la moda -en el que nada es como parece- Lucía sufrió maltrato psicológico y físico por parte de dos de sus primeros novios. El primer chico del que se enamoró le prohibió salir con sus amigas, le controlaba el teléfono y hasta como iba vestida: "A medida que intentaba liberarme de esas cadenas, él las apretaba más. Se presentaba en la puerta de mi casa, aparecía gritando, buscaba a hombres dentro del armario pensando que le estaba engañando y me gritaba hasta que le daba el móvil y le dejaba revisarlo".

Un abuso psicológico que pasó a ser físico en su segunda relación, como confiesa en su libro. Un chico que al principio la trataba bien, pero que no solo hizo las mismas cosas que su primer novio, sino que terminó maltratándola en numerosas ocasiones: "Ahora que me paro a pensarlo, reconozco que fui la víctima perfecta, casi hecha a medida, una niña con muchos abusos interiorizados, los celos posesivos, los insultos y los refuerzos intermitentes".

"La primera vez ni siquiera la recuerdo bien, porque fueron muchas, cada vez más. Siempre lo excusaba achacándolo a que estaba drogado y entendí que esa era una manera 'normal' de relacionarse, que yo sería capaz de hacerle cambiar, que la culpable era yo... Pero las peleas aumentaban de mes en mes, ya no solo con él, sino con todo mi entorno. Sus infidelidades, que no fueron pocas, consiguieron hacerme cada vez más pequeña y me llenaban de ira. Siempre defendí a Aitor a capa y espada. No sé por qué, pero aseguro que sentía verdadera admiración por él. Recuerdo sus ojos, fuera de sus órbitas, ensangrentados con rabia, y el ceño fruncido mirándome fijamente mientras exclamaba todo tipo de amenazas y me agarraba el cuello contra la pared. Sentía una especie de muerte dentro de mí, tenía moratones hasta en las orejas, y no, nunca se me pasó por la cabeza tomar medidas legales" desvela, confesando que si no llegó a denunciarlo fue "por miedo a las consecuencias que podría pagar yo".

Madrastra

También cuenta su experiencia con Eva González, que fue su madrastra durante un tiempo. La presentadora no sale bien parada de este libro, con una imagen muy distinta a la que nos tiene acostumbrados Eva González, por eso hacía falta conocer qué es lo que opinaba al respecto. Y su reacción no pudo ser más sorprendente, la presentadora no habló ni una sola palabra al respecto, pero sí hablaba con las caras que le ponía a los periodistas cuando le preguntaban sobre lo ocurrido.