Las tres enfermedades que las castañas ayudan a combatir

Dentro de los frutos secos, este ocupa un lugar muy especial porque, aunque forma parte de ellos, tiene características propias que lo hacen muy distinto como su bajo poder calórico o su semejanza en hidratos de carbono con los cereales

Las tres enfermedades que las castañas ayudan a combatir

Las tres enfermedades que las castañas ayudan a combatir

Una de las imágenes más evocadoras de estas fechas y de las bajas temperaturas que lo acompañan son los brasas y el humo blanco que emana del asador callejero de castañas en las noches más frías del año. Dentro de los frutos secos, este ocupa un lugar muy especial porque, aunque forma parte de ellos, tiene características propias que lo hacen muy distinto como su bajo poder calórico o su semejanza en hidratos de carbono con los cereales.

La castaña es el fruto del castaño. Se trata de un alimento que se puede comer tanto hervido como asado o dulce. De hecho, en Francia es un tentempié muy común, las castañas dulces o glaseadas (cobertura elaborada con azúcar y leche o mantequilla), también llamadas "marrón glacé" . 

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María González Falcó/ Manuel Riu

La composición nutricional de la castaña es básicamente carbohidratos (44%), agua (53%) y un 3% de grasas y proteínas.

También destaca por su alto contenido en vitamina C, por lo que es un alimento que deberíamos incluir en nuestra dieta y más ahora, para fortalecer el sistema inmunitario contra el frío. "No debemos olvidar que las castañas crudas son ricas en taninos. Por lo que comerlas en este estado puede producir molestias intestinales. En este sentido, se recomienda que las castañas —una vez recogidas— sean almacenadas durante siete o diez días, para que en este periodo disminuyan los contenidos en taninos y el almidón se transforme en azúcares más asimilables. Por otro lado, la cocción o asado de las castañas favorece la transformación de los hidratos de carbono, convirtiéndolas en un alimento más digerible", explican desde la Fundación Española de Nutrición. 

Buena digestión

La mitad de la castaña es agua, de ahí su bajo valor calórico, y casi la otra mitad (42-44%) son hidratos de carbono, principalmente complejos con bajo índice glucémico y que llevan a digestiones más lentas. Las castañas, tras caer del árbol van transformando sus hidratos en azúcares, lo que las hace más dulces pasada una semana o diez días tras su recolección. De la misma forma, cuando se asan o cocinan se dulcifican dada la hidrólisis de sus hidratos de carbono.

Enfermedades cardiovasculares

También son destacables la vitamina C y el ácido fólico, aunque cuando se cocinan sus valores se pueden perder por completo en el primer caso o verse reducidos a la mitad en el segundo. Otro componente destacable de las castañas es su contenido en fibra (5-8%) que puede convertir este peculiar fruto seco en un aliado en la dieta para prevenir el estreñimiento.

Existen pocos estudios sobre los antioxidantes, los fitoquímicos presentes en las castañas. Se han aislado comp

uestos fenólicos, flavonoides, catequinas, componentes bioactivos con un importante poder antioxidante y antiinflamatorio que se consideran preventivos de enfermedades crónicas cardiovasculares y metabólicas como la hipertensión o la diabetes.

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María González Falcó

Mantienen a raya la diabetes

La prevalencia de la diabetes en España es del 14,8%. Esto quiere decir que afecta a 1 de cada 7 adultos españoles, lo que la convierte en la segunda tasa más alta de Europa.

Pero casi un tercio (30,3%) de las personas que viven con diabetes en España no están diagnosticadas. Y esto supone un gran riesgo para su salud, ya que puede causar problemas potencialmente mortales:

  • Infarto de miocardio.
  • Accidente cerebrovascular.
  • Insuficiencia renal.
  • Ceguera.
  • Amputación de extremidades inferiores. 

Un estudio de la Universidad de South Australia señala que el contenido en fibra y ácidos grasos de las castañas ayudan a reducir los niveles de glucosa en sangre.

Además, sus hidratos de carbono son de naturaleza compleja, lo que quiere decir que la absorción de los azúcares es lenta. Así, se evitan posibles hipoglucemias (subidas de azúcar) a la vez que aportan energía durante horas.

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