Soy carnicero y este es el corte que debes pedir en la carnicería para tener carne de sobra para filetes o estofado y ahorrar

Para muchas personas, entrar en una carnicería y pedir carne específica puede sentirse como una misión imposible

Soy carnicero y esto es lo que tienes que pedir en la carnicería sin miedo

Soy carnicero y esto es lo que tienes que pedir en la carnicería sin miedo

Jimena Vega

Ir a la carnicería puede ser todo un reto sobretodo para las nuevas generaciones por ello te traemos la guía definitiva para pedir carne como una experto y, de paso, sacarle el máximo partido a tus guisos.

Estos son los cortes más jugosos para guisar y cómo pedirlos sin que te tiemble la voz. ¡Apunta!

Los cortes estrella para guisar

Si buscas una carne tierna y llena de sabor, estos son los cortes que debes pedir:

Melosa o cuello de ternera: Perfectos para guisos porque tienen mucha gelatina, lo que da una textura espectacular a los platos.

Osobuco: Es la melosa con hueso y tuétano, lo que le da un extra de sabor y colágeno a los caldos.

Petaca: Ideal si prefieres guisar la carne en filetes en vez de en trozos.

Falda y pecho: Aunque menos conocidos, también son opciones jugosas.

¿Cómo pedir la carne sin sentir que te examinan?

Si la idea de decir "ponme carne para guisar" te pone nervioso, aquí va un truco infalible: confía en el carnicero y cuéntale qué quieres hacer. Un buen profesional siempre te recomendará lo mejor. Además, puedes ser aún más precisa con estos detalles:

Cantidad: Calcula entre 250 y 300 gramos por persona.

Corte: Pide que te la preparen a dados o trozos si vas a hacer un estofado.

Alternativas más allá de la ternera: No todo guiso tiene que ser de ternera. También puedes optar por:

  • Cerdo: Codillo, carrillera o filetes de cinta de lomo.
  • Ternasco (cordero joven): Paletilla o cuello, que quedan espectaculares.

Conclusión: dile adiós al miedo y di hola a los guisos perfectos

Pedir en la carnicería no debería ser un drama, sino el primer paso para preparar un guiso increíble. Ahora que ya sabes qué cortes elegir y cómo pedirlos sin dudar, atrévete a entrar en la carnicería con confianza. ¡Tu estofado (y tu carnicero) te lo agradecerán!

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