Conceptodecor, experta en limpieza: “Con este truco casero tu sartén dejará de pegarse como por arte de magia”

En el universo del hogar, pocas cosas generan tanta frustración como una sartén que lo pega todo. Ese huevo frito que se convierte en tortilla destrozada, el filete que se queda atrapado como si estuviera enamorado de la base… ¡Desesperante! Pero como bien dice Conceptodecor, experta en limpieza y gurú del menaje impecable: “Una sartén curada es una sartén feliz”.

Y tú también lo serás cuando descubras que con cuatro pasos y productos que ya tienes en casa, puedes restaurar o proteger tus sartenes favoritas para que vuelvan a deslizar la comida como por arte de magia.

Paso 1: El comienzo de toda historia de amor… limpieza profunda

Antes de enamorarte de nuevo de tu sartén, toca deshacerse de todo lo que os separa: restos, grasa, residuos de fábrica si es nueva. Agua caliente, un buen detergente y una esponja suave (nada de estropajos agresivos) bastan para dejarla lista para su transformación.

Paso 2: El aceite, ese amante fiel

Seca bien la sartén y acaríciala con unas gotas de aceite vegetal o de oliva. Extiéndelo por toda la base con papel de cocina o un pincel. Esta película será tu escudo protector y la clave de la antiadherencia duradera.

Paso 3: El truco secreto que no sabías: sal y fuego

Ahora viene la parte mágica. Calienta la sartén con el aceite a fuego medio-alto y añade un puñado generoso de sal gruesa. Deja que se dore durante un par de minutos, removiendo si hace falta. La sal actuará como exfoliante, llevándose con ella impurezas y restos invisibles. No es cocina… es alquimia.

Paso 4: Enfriar, enjuagar y renacer

Deja que la sartén se enfríe. Retira la sal, enjuágala suavemente y sécala bien. Si quieres que quede top, vuelve a aplicar una fina capa de aceite antes de guardarla. Quedará como salida de una cocina profesional.

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Los secretos de las expertas para que tu sartén viva una segunda juventud

• Adiós a los utensilios metálicos. Mejor madera o silicona. Tu sartén necesita amor, no arañazos.
• Nada de lavavajillas. Aunque lo ponga en la etiqueta. Las sartenes prefieren un baño tibio y delicado.
• No la dejes sola y vacía en el fuego. Siempre acompáñala con un poquito de aceite o tus ingredientes.
• Repítelo de vez en cuando. Como en toda relación, mantener la chispa requiere constancia.

Y recuerda, curar tu sartén es un ritual de cariño que hará que te dure más, cocine mejor y te evite disgustos innecesarios. Porque no hay nada más sexy en la cocina que una sartén antiadherente que cumple lo que promete.