Hay que ver esta esquinina de la ría del Nalón, a la que se llega desde el pueblo de El Castillo, en Soto del Barco. Y hay que bajar a la orilla y adentrarse por los embarcaderos de madera. Y subir a uno de ellos, el que tiene un pequeño banco de madera en su extremo. Y sentarse allí, sin prisa, para sentir cómo el Nalón se dispone a abrazar al Cantábrico. Paz.