Gijón, María IGLESIAS / Ángel CABRANES

Como caído del cielo. El 9 de julio tiene en Gijón dos grandes citas culturales en forma de espectáculo. La primera, bajo una gran carpa blanca, en el parque Hermanos Castro, que se anuncia bajo el nombre de «Varekai», el último espectáculo de Cirque du Soleil en el cierre de su gira europea. Esta noche se celebra el gran estreno, pero ayer unos pocos pudieron disfrutar de la «première» del «Soleil» en la ciudad.

Durante más de dos horas los artistas reparten sonrisas y energía a partes iguales en una terapia completa en todos los sentidos. ¡Pura magia!

El joven protagonista del espectáculo, un Ícaro contorsionista que intenta volar con unas alas que él mismo se ha fabricado, acaba en un mundo desconocido donde es recibido por una serie de criaturas que le acompañan en el fabuloso viaje de «Varekai». Un científico loco (el Vigía) y un sabio anciano (el Guía) le acompañan en la difícil tarea de volver a volar.

Y a volar, pero hacia otra época, también nos enseñarán esta noche en el gran teatro de la Laboral los artistas del musical «Hoy no me puedo levantar», un «revival» de la década ochentera que realiza un completo repaso a la discografía de «Mecano».

José Antonio Barredo y Avelina Lago, matrimonio de Oviedo, fueron los primeros en disfrutar del espectáculo del Circo del Sol bajo la gran carpa blanca del parque Hermanos Castro, y salieron maravillados con los sorprendentes juegos malabares de tres niños chinos. Una opinión que suscribía también la familia Carbajal Fernández, que acudió a la función con sus dos retoños, Elena y Paula, «con los ojos como platos desde el inicio» según el testimonio de la madre, Alicia, encantada con el mágico vuelo de Ícaro y sus contorsionismos sobre la red que le atrapa en el aire.

Hubo quien incluso llegó a interactuar con los artistas. El ovetense José Antonio Velasco se prestó para acompañar el número cómico del mago y su patosa azafata. «Ni loco me esperaba haber salido», reconocía al final de la función al tiempo que confesaba que entre bambalinas todo transcurre igual de rápido que sobre el escenario. «Ellos me decían qué hacer y yo les seguía», concluyó el espontáneo.

«Varekai» se presenta en catorce números entre malabarismos, trapecios, danzas y juegos espectaculares, donde cuatro protagonistas principales: Ícaro, la Prometida, el Vigía y el Guía, comparten vivencias con el medio centenar de personajes que pueblan el bosque mágico que el Circo del Sol ha creado para la ocasión. El espectáculo, muy rico en efectos visuales y musicales, combina sonidos de rituales hawaianos, canciones de los trovadores del sur de Francia, melodías armenias tradicionales y música góspel con arreglos contemporáneos. Una maravilla entre el universo real y los sueños, que también resultó del agrado de Pablo Goldenberg y su novia María Nieves Díaz.

El número más espectacular lo protagonizan los hermanos Santos. Pedro, Javier y Ramón, los únicos españoles de esta gira, que se convierten en catapultas humanas como colofón a las más de dos horas de magia circense.

Desde esta noche volverá a lucir otra vez el Sol en Gijón. Será hasta el 16 de agosto. Y sin descanso.