Gijón, J. L. ARGÜELLES

Su primer libro publicado, «Caballeros de la Vera Cruz» (Debolsillo), vendió cuarenta mil libros en Francia en sólo unos meses y fue casi inmediatamente traducido a seis idiomas. Pero antes de dar a la estampa la historia inaugural del caballero hospitalario Morgennes, David Camus (Francia, 1970) meditó mucho, casi de manera conflictiva, sobre su vocación de escritor y el irresistible peso de su apellido. Su abuelo, Albert Camus, fallecido en accidente de automóvil en 1957, cuando no había cumplido aún cincuenta años y era ya premio Nobel de Literatura, es un clásico contemporáneo, una figura del siglo XX insoslayable. No es extraño que esa herencia familiar gravite como una sombra espesa a la hora de enfrentarse al folio en blanco: «He buscado temas que él nunca hubiera tocado».

Así surgió «Caballeros de la Vera Cruz», narración de factura histórica que David Camus presentó ayer en la «Semana negra», en Gijón, y «La espada de San Jorge», título que Grijalbo acaba de editar en España. Son dos novelas de una pentalogía (en Francia ya se ha publicado la tercera entrega) que su autor ha ideado como una estructura cruciforme y en la que la primera de las historias sería su centro. «Sabía que yo había nacido para la literatura, para cualquier forma de literatura menos para la novela, cuya escritura siempre me pareció tabú; todo eso me ha planteado muchos problemas para los que, aún hoy, creo no estar preparado», explicó en un encuentro con periodistas. Siempre, claro, la sombra alargada del autor de «El extranjero» o «La peste», entre otros textos memorables: «La herencia familiar pesa, es lo que me ha causado problemas; entiendo que a la gente le interese saber que soy nieto de Camus, pero es algo que va en detrimento de mis libros».

Es una de las razones por las que se embarcó en la aventura de Morgennes, aunque antes y según propia confesión, David Camus redactó otras narraciones de género: novela negra, ciencia ficción, comedia... Y ahora, según añadió, también trabaja en «otro tipo de literatura». «La política influye en lo más elemental y sus consecuencias son nefastas», adelantó. «Caballeros de la Vera Cruz» tiene una base histórica: la derrota cruzada por las armas de Saladino en la batalla de Hattin, en 1187, y la posterior conversión al Islam de Morgennes. En «La espada de San Jorge» se cuenta la peripecia vital del caballero, desde niño, cuando presencia el asesinato de toda su familia, hasta su entrada en Jerusalén.

«En realidad, lo que he pretendido a hacer es utilizar el marco histórico para profundizar en la relación entre verdad, ficción, religión, la vida y la muerte». Para David Camus, los modelos literarios de esta pentalogía son Dumas, Stevenson o Conrad, aunque algún crítico ha subrayado la densidad dostoievskiana de muchos de sus pasajes. Ayer se quejó de que en una las ediciones españolas de su novela se hubiera puesto figura a Morgennes, un personaje que carece de descripción física.