Gijón, M. IGLESIAS

«Happy birthday to you, happy birthday to you...» Al Di Meola no se encargó ayer de tocar el primer tema del espectáculo inaugural del festival de jazz de Gijón. Ese honor recayó en los asistentes al concierto que se arrancaron con la versión inglesa del «cumpleaños feliz» para festejar el 55.º aniversario del guitarrista neoyorquino. Sencillamente ataviado con un pantalón vaquero y una camisa blanca, Di Meola aprovechó su salida a la plaza de toros de El Bibio para desear buenas noches en español y recordar, ya en inglés, que ayer era un día muy especial para él. El día de su cumpleaños. No hubo más que decir. Gijón le cantó el «happy birthday» al maestro del jazz, que al final del concierto recibió una tarta de manos de su hija y, como manda la ocasión, sopló las velas.

Y tras las celebraciones llegó la música. No importó que se vieran muchos vacíos sobre la arena de El Bibio; lo que importaba es que el maestro estaba en el escenario después de horas y horas de una lluvia que había hecho temer lo peor a muchos. ¿Y si Di Meola suspendía? Algo que no ocurrió para alegría de muchos. Al di Meola dejó transpirar la influencia de los grandes músicos que lo acompañaron en su camino, Chick Corea, McLaugnlin o Paco de Lucía. Sus seguidores en el concierto asturiano estuvieron atentos a cada una de sus notas y movimientos. Di Meola había dedicado el día de ayer a trabajar y apenas pudo pisar el suelo de Gijón, pero los años y el trabajo no hicieron mella en él, quien con una facilidad pasmosa tocó todo tipo de acordes, una música ecléctica con ritmos candentes y variados que no defraudaron.

El público de Gijón vivió un concierto que desde el primer momento supo que iba a ser un éxito asegurado por la presencia de Di Meola en el escenario. Sorprendió, pero también entusiasmó en cada acorde de guitarra, donde está considerado un genio por los especialistas más reputados. Si a alguien le quedaba alguna duda de por qué razón Di Meola se ha ganado el apodo de «guitarrista más rápido que su sombra», ayer se solventaron con las notas del neoyorquino, que acudió a El Bibio acompañado de dos percusionistas, un guitarrista clásico, un acordeonista y un bajo, una agrupación poco habitual en sus conciertos.

Pero más allá de cualquier música o canción, Al Di Meola, hizo disfrutar al público en un concierto-cumpleaños que quedará para la historia de El Bibio.