Oviedo, María TORAÑO

Los pilotos Cástor Fantoba y Juan Velarde, componentes de la Patrulla Culebra, aterrizaron ayer en el aeródromo de La Morgal en perfecta formación. Las horas de entrenamiento sobre sus aeronaves Sukhoi Su-26 se nota en la coordinación de sus movimientos. Estos aviones monoplaza, uno rojo y otro azul, son de fabricación rusa y permiten a los pilotos hacer maniobras espectaculares que ejecutarán mañana, domingo, sobre la playa gijonesa de San Lorenzo, en el cielo, dentro del IV Festival Aéreo de Gijón.

«Una sensación que tenemos todos los pilotos es la libertad absoluta», confesó Juan Velarde nada más descender de su avión. «Con un avión acrobático te puedes mover en los tres ejes, como si estuvieses buceando, como un pez dentro del agua», agregó.

Juan Velarde es madrileño y forma parte del equipo nacional de vuelo acrobático desde 2004, en el que es compañero de Cástor Fantoba, natural de Pamplona.

Los dos se preparan para participar dentro de tres semanas en el Campeonato Mundial de vuelo acrobático que se celebrará en el circuito británico de Silverstone, para el que parten con las mejores expectativas, ya que Cástor tiene «opciones reales de ser campeón del mundo» y el resto del conjunto puede optar a «medalla por equipos y a colocar a dos o tres pilotos entre los diez primeros del mundo», según Velarde.

Los dos pilotos compaginan su pasión deportiva con un trabajo en líneas aéreas comerciales, porque este tipo de aviación aún no cuenta con grandes patrocinadores en España ni con demasiada difusión, algo que va cambiando con el tiempo, según reconocieron los dos miembros del equipo, que casi pasan más horas del día en el aire que con los pies sobre la tierra. Mañana, en Gijón, volarán relativamente bajo sobre la playa de San Lorenzo y mostrarán picados y pases a entre seis y ocho metros por encima del nivel donde se encuentre la gente.

«Nuestros aviones vuelan mucho más lento, con lo que la exhibición es mucho más cercana para el público y verán dos aviones volando muy cerquita, dejando una estela de humo y haciendo cruces y figuras sincronizadas», explicó Velarde. Mañana, el cielo será suyo, para eso llevan ya entrenando desde ayer. El cielo gijonés ya se lo han aprendido.