Cantante

Gijón, Raquel NOGUEIRA

La música fluye por las venas de Encarna Salazar. Hermana de «Los Chunguitos», hija de cantautor y nieta de guitarrista, debutó en 1982 junto a su hermana. Tras un cuarto de siglo como «Azúcar Moreno», ha decidido, una vez superado un cáncer de mama, lanzar un disco en solitario: «Desencuentro». Mañana, a las 21.30 horas, lo presentará en el Casino de Asturias, en un concierto a beneficio de la Bruno Salvadori Lions Fundación, que ofrece apoyo a mujeres con cáncer de mama, de la que es madrina. Esta noche cenará con esas y otras muchas mujeres de la Fundación en el hotel Playa de Gijón.

-¿Cómo ha cambiado su vida?

-Esta enfermedad te cambia la vida completamente. Te enseña a ser generoso; por eso ahora intento ayudar todo lo que puedo desde mi experiencia. Cuando me llamaron para ser madrina de la Fundación, accedí sin pensarlo. Estoy donde tengo que estar, o al menos eso es lo que siento.

-¿Su mayor apoyo?

-Sin duda, mi familia. Mi hija y mi marido, sobre todo. Sin ellos no lo hubiera conseguido. Pero tampoco puedo olvidar el de mis amigos. Es muy difícil mejorar sin apoyos, pero hay muchas mujeres que tienen que pasar por todo esto solas. Gracias a Dios, yo he tenido siempre a los míos.

-Está otra vez sobre los escenarios, pero como solista. ¿Cómo está viviendo esta nueva experiencia? ¿Qué significado tiene «Desencuentro»?

-Lo vivo con mucha ilusión, El disco encierra mucha verdad, sentimientos, momentos buenos y malos. Las canciones son versiones de tangos y coplas. Cada una me ayuda a contar un momento de la última etapa de mi vida. «Desencuentro» intenta retratar la pérdida de fe y esperanza que invade la vida de todo ser humano.

-¿Tiene preparado algo especial para el concierto del viernes?

-Por supuesto. He hecho versiones de mis canciones de toda la vida. Tras presentar mi disco cantaré canciones de «Azúcar Moreno», porque es muy bonito que los fans recuerden esa etapa.

-Hablando de «Azúcar Moreno», ¿no tienen pensado volver?

-»Azúcar Moreno» cumplió su ciclo. Fueron veinticinco años muy bonitos de mi vida. Pero ahora me toca caminar sola, hacer una historia por mí misma. «Azúcar Moreno» es el pasado; mi presente y futuro es mi carrera en solitario.