Oviedo,

Carmen BARAGAÑO

Una buena medida, pero no definitiva. Los nutricionistas ven con buenos ojos la iniciativa de Sanidad de poner coto a la oferta de las máquinas expendedoras de alimentos, bebidas y chucherías en los centros escolares, pero recuerdan que lo que los alumnos no van a poder comprar dentro lo podrán hacer fuera. La calle es de todos y en la calle, para bien o para mal, se puede comprar de todo.

Pero la medida gusta, sobre todo, porque se impondrán unos criterios comunes sobre las características nutricionales de los menús en los comedores escolares. Las estadísticas nacionales demuestran que un alto porcentaje de esos menús no cumple con los mínimos nutricionales requeridos, según el Ministerio de Sanidad. «En Asturias los colegios y los institutos están bastante sensibilizados y se están haciendo muchas cosas, pero aún es necesario tomar más medidas» afirma Edelmiro Menéndez Torre, médico endocrino del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

Los expertos en alimentación coinciden en la necesidad de educar a los niños desde pequeños, enseñarlos a «saber comer» y hacerlo de forma adecuada.

«Por comodidad se les da a los niños bollería industrial para merendar, pero lo mejor es el bocadillo de toda la vida», comenta el doctor Menéndez Torre. En países como Inglaterra, único miembro de la Unión Europea que nos supera en las negras estadísticas de obesidad infantil, ya se tomaron hace años medidas similares a las que está implantando Sanidad en España. Pero ninguna medida será de verdad eficaz si no hay un cambio de mentalidad en los niños... y en los padres y las madres.

«Desde hace diez años imparto conferencias en toda España inculcando la necesidad de introducir una nueva asignatura en los colegios: la de nutrición», cuenta Jesús Bernardo, médico especialista en esta materia, que afirma que a partir de los 3 años es necesario y se vuelve urgente enseñar a los más pequeños a comer.

«Estas medidas deberían haberse tomado hace mucho tiempo, pero no se puede quedar sólo en esto, porque así no llegaremos a ningún lado», comenta el doctor Jesús Bernardo.

La obesidad y el sobrepeso han alcanzado un carácter de epidemia a nivel mundial (por supuesto, hablamos de los países ricos; los pobres tienen otro tipo muy diferente de epidemia), y en España la obesidad infantil afecta a entre el 8 y el 16 por ciento de los niños con edades comprendidas entre los 6 y los 7 años. A pesar de todas las campañas informativas y los esfuerzos de concienciación, son porcentajes que no han experimentado en la última década variación a la baja. Al contrario.

«La obesidad es la epidemia del siglo XXI», y eso que recién hemos iniciado la centuria, dice Jesús Bernardo. Y es que una mala alimentación en la infancia no desemboca sólo en problemas de sobrepeso -los más evidentes-, sino que conlleva muchas más enfermedades. Prevenir antes que curar es la lección que deben aprender padres y educadores.

Pero no todos están de acuerdo con este tipo de iniciativas o, por decirlo de otro modo, hay quien no cree en su eficacia.

«Intervenciones de este tipo se han puesto en práctica en países europeos y han fracasado. No van a solucionar nada y tienen mayoritariamente un planteamiento equivocado», asegura Venancio Martínez Suárez, pediatra del centro de salud de El Llano y secretario del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría.

Y es que, para muchos, prohibir no es la solución adecuada, sino que lo conveniente sería prevenir este tipo de alimentos desde las primeras etapas de vida e inculcar unos buenos hábitos alimenticios que se verán reflejados en la salud. «La culpa no es de las golosinas, de los refrescos ni de la bollería, el problema son los hábitos de consumo y los estilos de vida, que se definen antes de llegar a la escuela», afirma el doctor Martínez Suárez.

Eliminar las máquinas expendedoras en bares y en cafeterías de centros educativos no es la única medida que se debe tomar para mejorar la alimentación de las nuevas generaciones. Por primera vez se establecen criterios comunes sobre las características nutricionales de los menús en los comedores de colegios e institutos.

«Todavía hay cosas que pueden servir para mejorar en los menús escolares como, por ejemplo, cambios en la oferta de los postres. En general, más pescado, más verduras y también mayor cantidad de fruta» son necesarios en la oferta escolar, dice Ana Azanza, médica nutricionista.

España

En España la obesidad infantil y el sobrepeso afectan a entre el 8% y el 16% de los niños entre los 6 y los 7 años. Entre la población adulta, un 20% padece obesidad, que mata a 18.000 personas al año en el país. Además, un 30% de los adultos tiene sobrepeso.

El sobrepeso en el mundo

El 35% de la población infantil del mundo está teniendo problemas de exceso de peso corporal, según estadísticas oficiales. Estas cifras son alarmantes y los cálculos que maneja Unicef preocupan: unos 2.000 millones de niños y adolescentes sufren esta enfermedad, centrada en los países ricos. Ésta es una epidemia que va en aumento porque la obesidad infantil en el mundo ha crecido un 35% en la última década.

El problema de los países ricos

El sobrepeso es un peligro mucho mayor en los países más desarrollados, en los más ricos, pero los que se encuentran en desarrollo tampoco escapan a este problema. En Europa la obesidad infantil crece sin remedio y es más acusada en los países del Sur, donde alrededor del 30% sufre problemas de sobrepeso, en comparación con el 15% que se registra en los países del norte de Europa.

El país más obeso

En Estados Unidos, el país cuna de la llamada comida basura, la situación alcanza proporciones estremecedoras: una reciente investigación reveló que el 32% de la población infantil estadounidense entraba en la definición oficial de sobrepeso, el 16% cumplía y superaba el criterio de obesidad y el 11% ya se ajustaba a los patrones gubernamentales de obesidad mórbida o extrema. Un problema global.