Gijón, R. NOGUEIRA

Los Lego de siempre pueden ser el mejor instrumento de aprendizaje para que los más pequeños se acerquen a los secretos de la informática y la robótica. Esos «pequeños» son niños de entre 8 y 12 años que en el Centro de Arte de la Laboral han aprendido este mes a dominar la programación por ordenador en la primera edición del «Taller de iniciación a la robótica», que ha tenido dos pases durante el mes de julio, y ayer finalizó.

Fue la fundación CTIC Sociedad de la Información quien se encargó de realizar una «actividad muy distinta a los típicos campamentos de verano, que ha tenido un gran éxito de participación», cuenta Adela Pérez Fernández, monitora del taller. Veinticuatro niños y niñas construyeron en parejas figuras de diferentes temáticas, con kits de construcción de Lego. Luego, con el programa de ordenador «Lego WeDo», programan las figuras para que se muevan y emitan sonidos.

Las temáticas del taller cambiaban cada día. La primera construcción se basó en animales salvajes, por lo que los niños contruyeron un león, un caimán y un pájaro exótico. Con motivo del Mundial llegó «el día del fútbol», donde construyeron un portero, un delantero y animadoras. Tras esto, para «el cuento de aventuras» los niños construyeron un avión, un barco y un gigante de cuento. Al finalizar cada jornada, la clase creaba proyectos en conjunto: una selva, un partido de fútbol o el escenario de un cuento.

El último día del taller se basó en poner en práctica lo que se había aprendido durante toda la semana. Los niños, divididos en pequeños grupos, creaban su propio robot para exponerlo al final de la jornada en «la feria de los retos». «Tengo muchas ganas de ver cómo se las apañan para diseñar y programar su propio proyecto», confesaba la monitora, «de aquí pueden salir cosas muy chulas y originales».

Los pequeños se muestran emocionados y encantados con los retos en los que se embarcaban cada día. Para algunos, por mucho que cueste creerlo, no supone ninguna novedad enfrentarse a la construcción o a la programación por ordenador. «Mi padre me explicó cómo funcionaba esto de la programación antes de apuntarme al taller», cuenta uno de los participantes más pequeños, Roberto de la Roza, de ocho años. Sin embargo, para otros ese mundo era algo completamente nuevo. «Nunca había utlizado un ordenador de esta manera», confiesa Sylvia Gómez, también de ocho años, «mis padres me dejaron hacer el taller por la buenas notas del curso, así puedo aprender más sobre informática y hacer nuevos amigos».

El objetivo del taller, que los niños se familiaricen con la informática y la programación y que sean capaces de hablar sobre ello, parece logrado. Aunque también «se trata de que demuestren todo lo que ya saben de informática», comenta Adela Pérez. «Porque aunque sean pequeños, saben mucho. No hace falta guiarles con los proyectos, ellos solos dominan el kit de construcción y de programación», añade.