3.ª de abono. Tres cuartos. Toros del Conde de Mayalde. Bien presentados y de buen juego. El 3.º, de nombre «Acobardado», n.º 20, castaño de 496 kg, premiado con la vuelta al ruedo. El Cid (rosa palo y oro), pinchazo, otro hondo y tres descabellos (ovación con saludos); pinchazo, media estocada y cuatro descabellos (ovación con saludos tras aviso). Alejandro Talavante (purísima y oro), pinchazo, casi entera y trasera (silencio); estocada baja y dos descabellos (silencio). Daniel Luque (canela y oro con remates negros), estocada trasera (dos orejas) y estocada trasera y desprendida y seis descabellos (palmas).

La fiesta vive de arte y de ilusión, esa que se consigue cuando las cosas se hacen bien y con gusto. No hay duda de que el arte de torear ilusiona. Desde el saludo con el capote a la verónica se vieron las ganas de Daniel Luque y las condiciones de «Acobardado». El animal empujó en el caballo, como el resto de sus hermanos, y un precioso quite por chicuelinas con una buena media dejaron al toro preparado para la faena de muleta. Empezó con un trasteo por alto pegado a tablas, muy quieto. Con picardía y colocado en buen sitio muleteó por el derecho, con temple y ligado, tocando la franela lo justo para centrar la embestida del humillado toro de Mayalde. La faena, el toro y el torero iban a más. Por el izquierdo le bajó la mano y lo templó muchísimo. Usó los circulares para terminar de meterse al público en el bolsillo. La nobleza abrumadora de «Acobardado» permitió al de Gerena mostrar en El Bibio las luquesinas. Tiró la ayuda y empezó con los cambios de mano sin mover las zapatillas del suelo. La plaza «enluquecida» pidió las dos orejas que se ganó a ley. El toro fue premiado con la vuelta al ruedo y merecida. Luque y «Acobardado» han puesto la feria muy cara.

En el sexto se estiró a la verónica y nos regaló dos medias de cartel, la última una preciosa abelmontada. Es de agradecer que por fin se colocara un toro en suerte y no entrase al caballo de cualquier manera. El toro se arrancó y empujó en el peto. Empezó por estatuarios y destacaron dos tandas por cada pitón, muy templadas y con verdad. Daniel toca a los toros con picardía, con aires frescos y juveniles y con la serenidad de un torero hecho para figura. Falló ahora a espadas. Daba igual: Daniel Luque cuajó una gran tarde.

Venía El Cid con la moral alta. Y se encontró a un gran toro abriendo plaza. ¿Quién dijo que Manuel Jesús es sólo naturales? El toro embestía por ambos pitones y aprovechó su buena condición para gustarse. Dejó al toro reposar porque aunque noble le faltó un poco de fuerza en el final de faena. Falló con el descabello y el cariñoso público le ovacionó desde el tercio. Al cuarto le costaba todavía más. Clase tenía para aburrir, fuerza poca. A El Cid le ha vuelto a funcionar la cabeza. Los espacios entre tanda y tanda eran perfectos para que el toro reposara. Cada vez le costaba más pasar por el bajo y colocado engaño. Usó como Luque los circulares, ¡qué fáciles somos! y tenía la oreja cortada. Pero ¡ay, la espada! Maldita espada. Otra vez se esfumó el triunfo. Y hay que tener en cuenta que si no se mataran a estoque los toros, el de Salteras es un torero que fácilmente llevaría seis puertas grandes, sólo en Las Ventas. El Cid parece remontar a medida que avanza la temporada.

Completaba el cartel Alejandro Talavante. Si antes hablábamos de ilusión, el primero de su lote se apagó pronto. Sumado a que no le dio espacio alguno, la faena se acabó. Lo más destacado fue el tercio de banderillas en el que saludaron Valentín Luján y Julio López. El problema de Talavante es que no corre el aire entre él y el toro, y algunos, como sus dos astados, pedía a gritos tiempo y espacio.

Con el segundo de su lote, quinto, no hay perdón, y más si ves que la corrida está saliendo, la calidad que ha tenido y que ha empujado tanto en el caballo. Lo primero lo sujetas y evitas entradas tontas que sólo dañan y merman las buenas condiciones del toro. Luego, por favor, no te vuelvas a pegar ni a atosigarlo.

¡Cómo hemos cambiado! Y el público, también. Ahora hasta pedimos la vuelta al ruedo de un toro sin que ni toreros ni peñistas lo pidan.

La corrida, de tener más fuerza, tuvo toros de lío gordo. Ahora, esperar a que llegue Morante, pero le ha salido competencia. Hoy han nacido en Gijón muchos luquistas.

Daniel Luque y el toro «Acobardado» han puesto la feria de Begoña muy cara