Oviedo, Raquel L. MURIAS

Subirse a una Vespa no es como subirse a una moto cualquiera. Lo dicen los amantes de esta motocicleta que ahora ha vuelto a ponerse de moda en Asturias, en España y en el mundo. Lo retro mola, y como consecuencia de este furor por lo antiguo nació en Asturias en 2008, el Vespa Club de Asturias, un colectivo que buscar reunir a todos los amantes de esta motocicleta en la región y que ya cuenta con setenta socios. Además, mañana, sábado, ciento quince Vespas, llegadas de diferentes puntos de España, saldrán desde Arriondas en dirección a los lagos de Covadonga, en una ruta organizada por este colectivo que asegura que Asturias es el mejor lugar para disfrutar de esta moto.

Los amantes de la Vespa en Asturias funcionan y se comunican a través del foro Vespaclubasturias.com, pero lo que les une de verdad son las rutas, subirse a esa moto con aires de otros tiempos y disfrutar. «La persona que tiene una Vespa no busca correr, busca otras sensaciones, charlar, disfrutar del paisaje…». Lo dice Nacho Larra, presidente de este colectivo y dueño de tres Vespas y dos Lambrettas, otro modelo scooter de la familia de la Vespa que compartió protagonismo con ella en los años 50 y 60, aunque nunca pudo llegar a tener el éxito en el mercado de su eterna competidora. La primera Vespa se construyó en Italia en 1946. Sus padres y creadores, Enrico Piaggio y Corradino D´Ascanio, querían crear un medio de transporte ligero y de fácil conducción para moverse por la ciudad y, además, barato.

Hoy comprarse una Vespa no baja de los tres mil euros, pero el mantenimiento no es muy caro, siempre que no haya que pasar por el taller para cambiar alguna pieza, ésas que son tan difíciles de conseguir, sobre todo si se trata de modelos antiguos de los que aún conservan el cambio manual que se hace desde el manillar izquierdo y apretando el embrague.

Pero viajar en Vespa es un lujo, cueste lo que cueste. El Vespa Club Asturias asegura que si hay un lugar idóneo para disfrutar de este motocicleta al cien por cien, ése es Asturias. ¿Por qué? Porque según explica Larra hay tres aspectos esenciales para vivir la Vespa; que sea una ruta de no más de 120 kilómetros, que discurra por un bonito paisaje y que al terminar la conducción haya un buen sitio para comer. A Asturias no le falta nada de todo esto.

De hecho desde el Club Vespa de Asturias se aconsejan tres rutas para hacer en esta moto por Asturias. En el Occidente, el camino ideal pasa por viajar desde Luarca por la carretera interior hasta Trevías, y después desviarse hasta Cudillero y conocer el Cabo Vidio. En el centro, la ruta propuesta es desde Oviedo a Sobrescobio por la nacional hasta Anzo y «acabar allí comiendo cordero». En el Oriente, el viaje ideal para recorrer en Vespa es, por ejemplo, el que ellos arrancan mañana. «Desde Arriondas, pasando por el "puente romano" de Cangas de Onís, subir hasta Covadonga y terminar en los Lagos. «¿Puede haber algo más guapo?», pregunta Larra. Probablemente, no.