Madrid / Gijón, Lara A. CHARRO

«He tenido suerte en la vida», le confesaba Ángel de la Calle a Félix de la Concha mientras éste trazaba sus rasgos en un estudio de pintura improvisado. En el vagón número cinco del Alvia que llevó a algunos escritores de la «Semana negra» de Madrid a Gijón, ambos artistas mantuvieron ayer un interesante diálogo en el que tuvieron tiempo para hablar de lo divino y lo humano.

La experiencia fue un adelanto de una de las novedades que introduce esta «Semana negra»: «Félix de la Concha pregunta mientras pinta». Se trata de una entrevista de una hora de duración en la cual el pintor hará preguntas mientras retrata a su entrevistado. Ángel de la Calle, su conejillo de indias, disfrutó con ganas relatando su vida mientras el pintor «le atrapaba el alma».

«Estoy casado con mi novia de siempre», confesó a los presentes con una sonrisa al tiempo que bromeaba orgulloso sobre las inquietudes de su pequeño de once años. «Mi hijo es un "friki de la lectura", pero lo hace como hobby. En realidad, él quiere ser científico, porque la poesía no es suficientemente seria para él», reía De la Calle.

Pero no todo fueron bromas. «Yo siempre digo que la cultura son 15 segundos al final del telediario», lamentó. Y es que su apuesta por el conocimiento es muy fuerte. «Que la "Semana negra" deje de ser gratis no es negociable; al menos mientras yo sea responsable, será así o no será», dijo muy seguro. Palabras que justificó por su infancia de «niño pobre» en la que soñaba con las cosas que ahora trata de ofrecer con el encuentro literario en Gijón.

Mientras tanto, Félix de la Concha, pintor leonés afincado en Estados Unidos, hacía esfuerzos de equilibrista para pintar mientras trataba de evitar que el traqueteo del tren le impidiera cumplir su objetivo. Para él, cada cuadro es un misterio ya que siempre «dependo de las circunstancias». Y las próximas serán la Carpa de Encuentros de Naval Gijón, ocho escritores y un público dispuesto a dejarse seducir por sus pinceladas.