El torrente de voz de una de las artistas españolas más queridas de la última década venció anoche a la amenaza de lluvia en el Paseo de Poniente. Rosa López (Granada, 1981), representante española en el Festival de Eurovisión 2002, se subió a las tablas gijonesas vestido de cuero y se sacó de la manga un repertorio cargado de temas que la cantante ha ido interpretando a lo largo de sus diez años de trayectoria. Pese a que su cita con Gijón forma parte de la gira de su séptimo y último trabajo, «Rosa López», la artista quiso premiar a su público con un concierto que resumió muchos de los temas más sonados que la gente conoce.

«Quiero intentar que la Semana Grande sea todavía más grande. Renovar la energía, que la gente disfrute mucho y que se lo pasen todos muy bien y, por supuesto, olvidar todo lo malo», afirmó Rosa pocas horas antes de subirse al escenario. Y parece que lo consiguió, porque la granadina derrochó simpatía con cada canción que fue interpretando. Junto a ella, los músicos Javier Lozano (director musical y piano), César Gálvez (guitarra), David Sánchez (batería), Sonia Reig y Noemí Cabrera (voces), y Jorge Serrato (bajo).

El primer tema que sonó frente al Acuario fue «Desde la oscuridad». Durante su estancia en «Operación Triunfo» en 2001, Rosa vivió momentos de gloria, pero también dramáticos. Esta canción se le «atravesó» en una de las galas y, lejos de olvidarla, fue la elegida para abrir la velada gijonesa. La balada, de Gloria Estefan, es vista por Rosa como «una terapia, una de las canciones a partir de la cual todo lo demás significó un paso hacia delante», comentó la artista.

Rosa López se sintió cómoda frente a un público que demostró su devoción por la cantante de principio a fin (dos horas antes de empezar, ya se fueron congregando los primeros fans, venidos con chubasqueros de plástico «de emergencia»). «El clima influye pero la calidad humana de los del norte es muy parecida a la que yo he vivido en el sur. Tenéis la misma alegría que donde hay sol», señaló Rosa.

No pudo faltar en el «show» un clásico indiscutible de la artista: «Europe's living a celebration», canción con la que ella, arropada por otros cantantes de «OT», consiguieron un séptimo puesto en el certamen de Eurovisión; además de ser el primer single del disco debut de la artista.

«Don´t stop de music» fue la tercera canción, con un marcado solo de guitarra eléctrica. Cuando interpretó su quinto de la noche, «Miles de estrellas», se dirigió al público: «Gracias a vosotros las carreras de muchos artistas siguen vivas». Y sonó un atronador aplauso.

Canciones del nuevo álbum de la granadina inundaron la noche gijonesa. Un disco con toques más personales porque, según Rosa, «siempre el último álbum identifica mucho el estado de como está uno, de cómo se siente. Yo llevo ya diez años y voy encontrando nuevos sonidos. Para mí todos los discos son retales de mi vida, forman parte de mi vida». Las canciones que lo componen pertenecen a un repertorio mucho más variado.

Diez años han pasado desde que se ganó la fama en el programa televisivo. Desde entonces, lo de Rosa ha sido una evolución musical a pasos agigantados, con 7 Discos de Platino, 4 de Oro y más de un millón de discos vendidos. La fama no le ha sentado nada mal a la cantante.