Carlos de Gante, el príncipe alemán que venía para ser rey (Carlos I de España) y luego sería emperador Alemania (con el nombre de Carlos V), desembarcó ayer de nuevo en Tazones, al igual que hiciera el 19 de septiembre de 1517. Como entonces, los vecinos del pueblo salieron a recibir al futuro monarca, que entonces tenía 17 años, con cierto temor e incertidumbre, al principio, pues se sintieron abrumados con su llegada y la de su séquito. Cuando descubrieron de qué personalidad de la realeza se trataba, se mostraron más hospitalarios. Lo acogieron con gran entusiasmo y le mostraron algunas de las tradiciones y oficios de este típico pueblo marinero de Villaviciosa.

Los vecinos de Tazones se volcaron en la escenificación de la llegada del monarca, como apoyo de la interpretación de los actores del grupo de teatro maliayés «Contraste». Víctor Berros volvió a encarnar a Carlos I, que llegó en una pequeña barca, pasadas las ocho de la tarde, al muelle de Tazones. En tierra ya lo esperaban su cronista de a bordo, Laurent Vital, y su séquito, que se encargó de representar una delegación de Cantabria con sus trajes majestuosos. Están confeccionados a mano, principalmente, con terciopelos y lamés, explicó la directora de vestuario, María Jesús Pérez.

El alcalde de Villaviciosa, José Felgueres, también recibió al príncipe con una capa negra y bastón de mando. Desde el balcón de la casa en el que tuvo lugar la recepción de las autoridades abogó por trabajar para que, coincidiendo con el próximo quinto centenario del desembarco del emperador -en Tazones fue la primera vez que pisó tierra española- «Villaviciosa y Tazones tengan el papel que se merecen». Además, quiere apoyar a la organización para que esta conmemoración sea declarada fiesta de interés turístico regional.

El regidor recordó que cuando en 1517 llegó el príncipe a Villaviciosa y se hospedó en la Casa de los Hevia, sólo pudo cenar una tortilla de jamón, pues poco más había en aquella vivienda. Hoy, por primera vez, la representación del desembarco se extenderá a la capital del concejo. La recepción, en la iglesia Nuestra Señora de la Oliva será a las nueve de la noche hasta concluir en el palacio en el que pernoctó.