Más de sesenta perros, de todas las razas y de todos los tamaños, participaron ayer en el concurso de mascotas que la protectora de animales del Oriente celebró en Infiesto. Los canes no fueron los únicos protagonistas de la romería. Las estrellas del desfile fueron también un pájaro ninfa llamado «Kiko» y la tortuga de agua «Colita», ambos propiedad de Adrián Priede. A pesar de su juventud, este piloñés de 10 años lo tiene claro: «Las mascotas no son juguetes que se puedan abandonar a la ligera, requieren muchos cuidados de limpieza y manutención por parte de toda la familia». Ahí queda eso.

Las burritas veinteañeras «Añes» y «Lola», propiedad de la holandesa Marleen Verhoef, hicieron las delicias de los más pequeños, que no dudaron en subirse a los lomos de los asnos. Verhoef ha construido en Arobes un centro para que estos nobles animales, que muchos dueños abandonan cuando ya no son útiles para las labores del campo, «tengan una vejez digna después de tantos años trabajando al servicio del hombre».

El objetivo de la romería, que contó con puestos benéficos de artesanía y objetos de segunda mano, fue recaudar fondos con los que financiar la manutención de animales abandonados y encontrarles un hogar digno. La protectora, que colabora estrechamente con la perrera de Infiesto, procura anualmente alojamiento a más de ochenta perros. Marcial González, vecino de Villamayor, es uno de los doce voluntarios de la protectora que el cabraniego Pedro Valle dirige desde hace 5 años.

González, conocido como el «Perroman» de la zona por su amor a los canes, acoge en su casa a «Talón», «Keto» y «Rot», a la espera de que alguien los adopte. Los perros disfrutaron de una agradable tarde en la Cueva, en la que los presentes tuvieron oportunidad de pasearlos a ellos y a sus diez compañeros y llenarlos de mimos. «Como lo pasaron mal, agradecen muchísimo el cariño y son muy buenos. Animo a todos a que colaboren porque toda ayuda es poca», asegura este piloñés, al que le indigna que los canes no sean atendidos en Cangas de Onís o Arriondas y sean rebotados a la perrera de Infiesto.

Los gijoneses Jorge Junquera y Rebeca Alonso sintieron amor a primera vista por «Randi» cuando lo vieron por internet en la página web de la protectora. Acudieron a Infiesto a recogerlo para pasar con él un fin de semana de prueba hace 3 años y ya no lo devolvieron más. «Siempre quisimos una mascota, pero nos parecía absurdo comprar una con la cantidad tan grande de perros abandonados y faltos de cariño que hay», explicaron.

Al evento acudieron amantes de los animales procedentes de diferentes puntos de España. Isabel González fue acompañada de su perrita discapacitada «Piluka» desde Valencia. A «Piluka», que ahora tiene 2 años, la atropelló un coche y su dueño decidió abandonarla en la perrera. González dio una nueva oportunidad a esta chihuahua cruzada que muchas veces se muerde sin querer las piernas porque no las siente. Es la segunda vez que ambas acuden al evento. «Y no será la última», aseguró Isabel González.

A última hora de la tarde se conoció el nombre de los ganadores: «Maya» se llevó el premio a la mascota más guapa; «Buky», a la de niño; «Nena», por ser la más viejecita; y «Eli», la más original.

La lluvia arruinó la exhibición canina, pero todos los asistentes se fueron de la Cueva con la sensación del trabajo bien hecho. Y es que fue un día de perros con final feliz, ya que un labrador llamado «Balú» y una perra llamada «Sena» encontraron un nuevo dueño. La protectora revisará en los próximos días el hogar y, si todo es correcto, ambos comenzarán una nueva vida y más feliz.