Carlos Latre desbordó anoche el teatro Jovellanos, de público, de carcajadas, de felicidad, con su espectáculo "15 años no es nada". Una buena dosis de salud general por aquello de que la risa, dicen, es pura vitamina en vena. No hubo telón, ni apenas escenografía; ésta se sustentaba en un magnífico sistema de iluminación. El show comenzó antes de empezar, ya que una voz, la suya, quiso que le regalaran plausos previos y que el respetable cantara "cumpleños feliz", por esos quince años que Carlos Latre lleva sobre las tablas, ya sean escénicas, radiofónicas o televisivas. Hizo su aparición descendiendo por una escalera rutilante, al modo de una vedette clásica, sólo que sin plumas, ni pluma. Vestido de negro. E inmediatamente, sin mas dilación, nos puso a todos negros de risa. Sus inicios fueron estrepitosos, enlazaba un apunte con otro, y las carcajadas se sobreponían dando lugar a que se perdieran algunos. Qué tío más genial. En medio de su gracia hizo referencias al Sporting, al Oviedo, al Molinón, al Elogio del Horizonte... "¿Asturias o trabajas?" y pidió disculpas.

Sus imitaciones son deliciosas. Luis del Olmo - "el Pau Gasol de la radio"-, dijo, el Loco de la Colina, Los 40 principales, Ronaldo, Messi, Iniesta..., fueron algunos de los personajes parodiados, antes de entrar en el terreno político. El público se desternillaba. Mariano Rajoy, voz y gestos, era perfecto. Se quitaba y ponía una peluca o una chaqueta, según el caso, y hala, a imitar con una gracia que para sí quisieran los parodiados. Con una coleta y una camisa "del carrefú" puso en escena a Pablo Iglesias, cantando lo imposible. De pronto salieron dos leones a escena; iba a celebrarse una sesión parlamentaria, el Estado de la Canción. La inició Pedro Sánchez, vestido de guapo, y acompañado de cuatro go-gos con el rostro de las cuatro rubias del PSOE, celebrando las 50 sombras de Sánchez. Y para más inri, Latre canta de cine.

Hubo de todo, desde el presentador de "El cuarto milenio" a los fallecidos más célebres, como la duquesa de Alba, Lola Flores - con su bata de cola de lunares-, El Fary, Manolo Escobar, Rocío Jurado, Chicho Ibáñez Serrador... Su parodia de los programas estrella de la tele fue divertidísima, tanto que a veces tenía que interrumpirse porque le traicionaba la risa. "Los vigilantes de la playa", "Gran Hermano", "Operación Triunfo", "Un, dos , tres"... Y en medio, Risto Megide en plan borde, y Bisbal y Bustamante a lo suyo. Apoteósico. Terminó con la voz de Javier Sardá, sugiriéndole casi un centenar de nombres de los que hizo un acertado e ingenioso remedo. Y en éstas, el Jovellanos se venía abajo.