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Las chanclas, un peligro para el pie, salvo en la playa

Los podólogos advierten de los problemas que puede ocasionar en el pie el abuso de la sandalia abierta en el periodo estival y señalan que deben usarse únicamente en momentos específicos

Las chanclas, un peligro para el pie, salvo en la playa

Llega el verano y con él complementos tan imprescindibles como las gafas de sol, los sombreros y las inseparables chanclas. Pero este sencillo calzado provoca una serie de perjuicios para la salud del pie, e incluso de la espalda, que la mayoría de sus usuarios desconoce. Los podólogos advierten de que el uso continuado de chanclas y zapatos inadecuados durante la época estival genera una serie de problemas: el más común la fascitis plantar (inflamación del tejido grueso de la planta del pie). Es esta una patología que generalmente se asocia a alteraciones biomecánicas en la marcha, al ejercicio intenso o al sobrepeso y que ahora también se relaciona con el uso de este calzado por su mala sujeción al pie y por ser demasiado flexible.

"Un porcentaje muy grande de la población, incluso niños usa un calzado inadecuado en verano, sin sujeción y con poca protección del pie, por lo que aumenta la incidencia de lesiones musculares y traumáticas", explica Verónica Esteban, presidenta del colegio de podólogos de Asturias. Además de esto, el calzado que se utiliza en verano suele ser excesivamente plano, no tiene ninguna amortiguación al caminar y puede provocar problemas lumbares.

Verónica Esteban recomienda para evitar estos problemas el uso de un calzado de verano adecuado: con buena sujeción al pie para no fatigar nuestros músculos, y que tenga una suela y tacón similar al que se emplea el resto del año. "El pasar de golpe a un calzado en exceso plano nos lleva a sufrir molestias en talones y tendón de Aquiles", concluye la doctora.

Por lo general los usuarios habituales de este calzado reconocen sufrir alguna molestia a causa de las chanclas, pero pese a ello, no renuncian a su comodidad. Lo más común son problemas leves como rozaduras o heridas a las que los ciudadanos no les dan demasiada importancia, sobre todo los jóvenes. "Yo las uso todo el día en verano, algunas me hacen daño pero solo al principio del verano", declara Adriana Jiménez. Otros sin embargo sí han dejado las chanclas solo para pequeños ratos, es el caso de las personas más adultas que ya tienen trastornos en los pies. "Causan muchos problemas, sobre todo a los que tenemos juanetes, pero es que verano no podemos poner otra cosa; para el calor son las más cómodas", cuenta Josefina Rueda, para la que el mayor cambio se da al final del verano. "Se nota mucho el daño que causan, cuando llega el invierno y tienes que meter el pie en zapato cerrado", sentencia.

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