El escritor italiano de "Romanzo criminale", no ha querido perderse la cita de la "Semana negra" que se celebra del 10 al 19 de julio en Gijón. Tras una larga lista de ejemplares publicados, Giancarlo asegura que para escribir, "siempre se parte de la fantasía".

"A los ocho años decidí que quería ser escritor", confesaba De Cataldo. "Empecé con poesía y novelas vanguardistas, pero no las encontraréis en el mercado", bromeaba el italiano.

Este dramaturgo, compagina la literatura con su puesto de magistrado en Roma. "El hecho de trabajar como juez me ha proporcionado una visión real de lo que es recibir una condena", cuenta el novelista.

A los veintisiete años, el escritor comenzó a leer relatos de novela negra. Aunque, en la historia de la literatura, culturalmente la este género se ha considerado, a su modo de ver, de "menor calidad", Giancarlo comenta que "tenía que acercarme a la novela negra para hablar de los años 70 en Italia".

Su primer libro, "Negro como el corazón", publicado tras las primeras oleadas de inmigración hacia las costas itálicas, es considerada la primera historia sobre el racismo en su país.

"Romanzo criminale", su novela más célebre, publicada el 30 de octubre de 2002, relata el nacimiento y posterior decadencia de la "Banda della Magliana", un grupo de delincuentes que intentó pactar con la mafia italiana y con la cúpula del narcotráfico, y que subsistió desde los años setenta a los noventa en la ciudad eterna, Roma.

En 2005 su historia, bajo el nombre de "Roma Criminal" fue adaptada a la gran pantalla en una superproducción, en la que se estrenó como guionista y por la que consiguió el premio David de Donatello a "Mejor Guión", entre otros.

Sobre cómo combina su faceta de escritor con la de magistrado contó que cuando escribe una novela "yo soy el que decide quién es culpable y quién es inocente", cuenta Giancarlo, mientras que cuando es juez, declara que tiene que ser imparcial, "sólo me centro en las pruebas que tengo en mis manos".

Desde la derecha italiana se critica, frecuentemente a las novelas negras, y como expone el autor "existen rumores de que los jueces toman ejemplo de la ficción para decidir las condenas, algo totalmente falso e infundado".

El escritor italiano no dejó escapar la oportunidad para apuntar que antes de ponerse ante el papel en blanco "hay que establecer desde que punto de vista se va a escribir la novela, desde la perspectiva del juez, del policía, de la víctima o del asesino". De Cataldo opina que él ha sabido compaginar todas las posturas y que ha aprendido "la capacidad de entender cuándo no hay que exagerar".