La escritora y periodista Rosa Montero ha afirmado hoy que su ultima obra, titulada "El peso del corazón", es su "novela más íntima" y no puede encasillarse en genero literario alguno porque los abarca casi todos.

"Es una novela policial, política, de amor, de ciencia ficción e incluso reflexiona sobre la literatura", ha dicho la autora en una rueda de prensa celebrada hoy en la Semana Negra de Gijón.

Rosa Montero ha recuperado el personaje de la detective Bruna Husky, protagonista de "Lagrimas en la lluvia", para narrar una trama de corrupción internacional que amenaza el equilibrio entre la tierra y la dictadura religiosa del Reino de Labari.

"El peso del corazón", una critica social futurista, tiene todos los elementos necesarios para romper la frontera de los géneros, y eso "es algo que me encanta porque además es mi novela más íntima", ha dicho.

Montero ha explicado que la transgresión de los géneros está mucho mas aceptada por los lectores y editores en la actualidad que hace décadas, cuando "todo era mucho más rígido".

"Hoy se ve como algo normal porque hubo grandes escritores que lo han hecho en el pasado, han abierto un camino y ahora somos libres como pájaros", ha añadido.

La escritora ha explicado que las ideas para sus libros le "brotan de golpe en la cabeza" en los momentos en los que menos se lo espera y que a partir de esos instantes se "pone a trabajar".

Montero ha asegurado que escribe lo que necesita escribir y que necesita escribir como "algo esencial, como el agua para la vida" y que lo hace "mucho mejor" que en "Crónica del desamor", su primera novela.

En su encuentro con los medios, la escritora criticado a los "políticos" y a los responsables de la industria editorial por "no haber sabido reaccionar frente al problema de la piratería" de libros.

También ha participado hoy en la Semana Negra de Gijón el escritor argentino Carlos Salem, quien ha presentado hoy su última novela, "En el cielo no hay cerveza", en la que hace una crítica a los programas de "telebasura" como "uno de los grandes problemas de España".

En esta obra, el detective y experiodista Poe, protagonista de sus dos novelas anteriores, "Camino de ida" y "Un jamón calibre 45", es el narrador de una serie de asesinatos de presentadores que son fácilmente reconocibles a pesar de haberles cambiado sus nombres.

Que el lector reconozca a los presentadores de la televisión por la similitud con los nombres de los personajes de la novela es algo que ha hecho a propósito "porque de alguna manera quería condenarlos", según ha dicho.

Salem ha escrito una novela negra pero ha incorporado las figuras de Dios y del Diablo en una trama que puede verse como una "relectura de los evangelios" si estos fueran escritos en el siglo XXI.

El narrador ha asegurado que "España es uno de los países más afectados por la telebasura, un modelo que se ha impuesto desde hace 20 años no para comunicar, porque no hay nada que comunicar, sino para hacer ruido".

"Es increíble lo que la gente es capaz de hacer sólo para ser famosa y los políticos se han aprovechado de estos programas porque mientras se habla de los revolcones de Belén Esteban no se habla de la corrupción", ha considerado.

Salem ha considerado que "los gobiernos deberían exigir a las cadenas de televisión, a las que se les ha concedido licencia para emitir, que cambien estos contenidos porque tienen una responsabilidad social".

El autor ha dicho que ha incluido en el texto la figura del hijo de Dios, "diosito", convencido de que "si Jesucristo bajara hoy a la tierra no se comería ni una rosca".

Tambien ha ofrecido una rueda de prensa la escritora argentina, Selva Almada, que opta al premio Rodolfo Walsh de la Semana Negra para obras de no ficción con su novela "Chicas Muertas".

Almada ha investigado los asesinatos de tres adolescentes que fueron cometidos en la década de los años ochenta en distintas poblaciones rurales de Argentina y que no han sido esclarecidos.

La autora ha explicado que escribió el libro con las "herramientas de la literatura", después de intentar un relato periodístico que no le convenció por parecerle "impostado".

Almada ha narrado los asesinatos de Andrea Danne, de 19 años, muerta en su domicilio de la localidad de San José, Entre Ríos, de Marisa Luisa Quevedo, de 15 años, violada y estrangulada en El Chaco, y de Sara Mundín, de 20 años, hallada junto a un río en Córdoba.

Estos tres casos son considerados paradigmáticos por Almada al tener en común el sexo femenino, la edad de las víctimas, y las zonas de poblaciones rurales, como el hecho de que "han quedado impunes".