Cuando la venerada Virgen del Carmen salió ayer de la iglesia parroquial de San Pedro de Pola de Siero para liderar la procesión, los hombres que le hacían el pasillo, como si fuera 1915 en vez de este presente informal que nos ha tocado vivir, se quitaban el sombrero de copa para saludar a Nuestra Señora. Un gesto singular que se ha de poner en el haber de los miembros de la agrupación folclórica "Atabara", del valle tinerfeño de la Orotava, que participan en las fiestas por invitación expresa del grupo folclórico y de investigación "El Ventolín".

Los tinerfeños, de hecho, cobraron gran protagonismo durante los actos religiosos del Carmín, que se desarrollaron al mediodía de ayer. Ellos recibieron a la venerada imagen cuando salió del templo, encabezaron después la procesión, participaron en la danza prima y, finalmente, honraron a la Virgen con una serie de danzas cuando retornó al templo parroquial.

Su distinguida vestimenta -que incluía sombrero de copa, chaleco y zapatos de hebilla en el caso de los hombres, y falda con mantilla y sombrero o tocado en el de las mujeres- llamó la atención de los polesos. "Este traje se inspira en el traje de ciudad que se usaba en las zonas más distinguidas de Tenerife. Pero no era un traje de diario, sino que era el que usaban las clases más pudientes los domingos", explica Jorge Estévez, director de la agrupación.

En el caso de las mujeres, el uso de mantillas y faldas vueltas tenía que ver con el decoro: "Era para cubrirse el rostro, cuanto más tapasen mejor, por el recato", explica Sara Miranda, directora de baile de la agrupación.

Los miembros de "Atabara", de hecho, alternan esta vestimenta con otras más populares en sus actuaciones, aunque para la fiesta polesa decidieron traer sus mejores galas. Tras participar en el festival de folclore del sábado e intervenir en los actos religiosos de ayer, los miembros de la agrupación tinerfeña completarán hoy las celebraciones acudiendo a la "Romería de Asturias". "Tenemos muchas ganas, porque nos han dicho que viene mucha gente y que es algo especial. Pero lo estamos pasando muy bien todas las fiestas", explica Estévez.

Concluidos los actos religiosos, la atención de polesos y visitantes se centró en la plaza de Les Campes, donde se desarrolló una animada sesión vermú, y en el parque de Alfonso X y la plaza de La Isla, escenario de sendos conciertos.

Por la tarde, la plaza de Les Campes volvió a reclamar atención como escenario de una actuación de música tradicional. Al atardecer, la salsa fue la protagonista en el parque de Alfonso X, al menos hasta que comenzó la segunda gran verbena en la calle Alcalde Parrondo, amenizada por Macro Disc Sonora Dance, que desplazó a la Pola a un disc-jockey y a siete bailarines.